El incesto es un tema universal, terrible e inadmisible que aún a día de hoy se da. Lo más doloroso para quien lo sufre es que a veces las palabras de ayuda no salen y otras sí y, a pesar de todo, se naturaliza y se mira hacia otro lado. Viaje al este recoge el relato autobiográfico de Christine Angot. Vamos allá.
Christine narra el incesto al que se vio sometida por parte de su padre. Pasa años sin verlo, la relación que tiene en casa es únicamente con su madre ya que su padre tiene otra familia. La abandona cuando es pequeña y reaparece a sus 13 años. Primero se enamora de su voz, le sigue un beso en la boca y continúa con relaciones sexuales, en periodos breves que se alargan en el tiempo y duran años.
"Vosotros no os dais cuenta de lo que es tener un padre que se niega a que seas su hija. Para vosotros, el incesto es solo una cosa sexual. No lo entendéis. No lo entendéis. Es el poder supremo del patriarcado. Es el centro. El adminículo por excelencia. El signo absoluto de un poder privado que se ejerce sobre un círculo, y que todos aquellos fuera del círculo que se inclinan ante la relación de autoridad respetan".
Entretanto ella comienza a tener pareja, pero se cansa de estar con él. Le hace partícipe de su situación y él no le da importancia, porque a pesar del estrés postraumático de Christine, que se niega a comer, que no puede dormir, él asume los altibajos emocionales de su mujer como algo natural en el proceso. A veces el único bálsamo que encuentra es tener otra cita con su padre, a escondidas algunas ocasiones, otras a cara descubierta.
"Cuando una relación era importante, contaba lo que había pasado con mi padre. Nunca estuve mucho tiempo con nadie sin decírselo. Utilizaba las mismas palabras".
Es muy complicado para ella mantener relaciones sentimentales con otros hombres porque prioriza a su padre. Con aquel hombre la cosa no fue adelante y ahora lo intenta con Charly, a quien también le confiesa su situación. El lenguaje de Angot es directo, no pierde el tiempo en detalles irrelevantes. Resulta sofocante para el lector ser partícipe de la impasibilidad de las personas de su entorno, incluida su madre, especialmente su madre. Qué desgarrador.
" Los árboles desfilaban al otro lado de la ventana a intervalos regulares. Yo pensaba en cómo hablarle a mi madre del beso en la boca. Pero seguía siendo una idea. Veía la silueta a contraluz de mi padre en la habitación. Su cara en el momento en que sus labios tocaban los míos. La forma era imprecisa. Quería comunicarlo. No veía cómo. No encontraba las palabras adecuadas. No venían. La frase no se formaba. La intención estaba ahí. Se hacía trizas contra un vacío. Cerré el paréntesis, esperando que se volviese a abrir".
Tiene que ser un libro asfixiante. Duro, por lo que cuentas. Tomo nota, que no lo conocía.
ResponderEliminarBesotes!!!
Es durillo, especialmente la impasibilidad de la gente que la rodea.
EliminarQué pobre.
Besos.
Esta vez lo voy a dejar pasar. Gracias. Un beso.
ResponderEliminarA ti por pasar, muak.
EliminarMadre mía qué tema trata. Tiene que ser bestial esta historia. La anoto ahora mismo.
ResponderEliminarUn besozo,
Sí, sí, telita la cosa. Es que además vas leyendo y te vas enfadando muchísimo con todo el mundo, que pasa de largo. Ahora tengo muchas ganas de leer los otros dos.
EliminarBesitos.
Parece un libro muy duro e interesante. Lo tendré en cuenta para algún otro momento. Por el momento lo dejo pasar. Te mando un beso. https://enamoradadelasletras.blogspot.com/
ResponderEliminarTiene su cosilla, sí. Igual en algún momento te apetece.
EliminarBesos.