EL SECRETO DE MADAME GIGI (Lucía Feliu)
Como ya sabéis, Lucía Feliu siempre tiene lugar en esta casa. Hasta el momento ya os había hablado de Cartas a Siracusa y de El año de la luna azul. Recientemente ha publicado El secreto de Madame Gigi, de la que vengo a hablaros hoy. Ya os adelanto que de las tres es mi ojito derecho. Estas son mis impresiones.
Nos encontramos a orillas del Sena. Acaban de aterrizar dos nuevos estudiantes en la Residencia Lamarck; Andrés, de Barcelona; y Dadou, de Suiza. Estudian matemáticas y canto, respectivamente. La residencia es dirigida por su propietaria, Gilberte Alapin o Gigi, y su prima Maele, encargada de la cocina. Mientras Andrés acude a una recepción de Dadou un hombre misterioso se le acerca y le entrega un sobre; y al salir es asesinado por atropellamiento delante suyo. De manera que se suceden los interrogatorios, las visitas del inspector de policía, y nos vamos enfrascando en una trama en la que nadie es quien dice ser. El misterio se sirve en copas de champán francés, labios rojos y trajes sofisticados, alrededor de obras de arte robadas. Y así, sin apenas darnos cuenta, nos remontamos al pasado y nos vemos inmersos en la búsqueda de un objeto único y de gran valor tanto económico como sentimental.
"Gigi, ¡no puedes olvidar! El tiempo pasa y no vuelve más".
Madame Gigi, huérfana, viuda y huérfila, es propietaria además de una tienda de curiosidades que vivió tiempos mejores y que ya no puede mantener económicamente, y aunque intenta resisitirse a su venta, finalmente queda en manos del millonario vecino Victor Albarnou, perdidamente enamorado de ella. Alapin atesora muchos recuerdos en su corazón, demasiado vacío y ausencias, aquellos días con su marido y su hermano. También tiene un tío mayor a quien va a visitar ocasionalmente, que padece demencia senil a pesar de que en momentos puntuales está muy cuerdo y resulta tan entrañable.
Aunque el hilo central gira en torno a Gigi, para mí los grandes protagonistas son Andrés y Dadou, dos jóvenes como quien dice recién salidos de casa que de pronto se ven envueltos en persecuciones, secretos, asesinos a sueldo y objetos robados. Y Maele, la dedicación y el sufrimiento que padece esa mujer no tienen nombre.
Sin lugar a dudas, con El secreto de madame Gigi la autora ha tenido una gran evolución narrativa en una obra que, ella misma confiesa, ha sido donde más cómoda y desenvuelta se ha sentido. La ambientación por el París del momento está perfectamente perfilado y es casi un personaje más, rodeado de intriga y ficción pero con un cierto toque feelgood que la hace especial. Confieso que el final no me ha convencido, me parece un poco precipitado en relación a la rítmica general que se va dando a lo largo de las páginas y que suena ficticio en exceso, a mí no me ha gustado esa parte, pero en líneas generales me ha entretenido un montón. Fijaos que la veo hasta adaptada a televisión. La recomiendo para quienes busquen algo liviano que le haga salir de lecturas más densas.