5 de abril de 2022

“HA PASADO UN MINUTO Y QUEDA UNA VIDA” (Gabriela Consuegra)


" La vida durante años se le llenó de ladrillos".

Los lectores somos muy curiosos y nos dejamos tentar con las lecturas de otros. “Ha pasado un minuto y queda una vida” surgió precisamente de una tentación. En él Gabriela Consuegra nos habla de la muerte de su padre, Álvaro, desde el enfoque del duelo cuando hay que cuidar a quien nos ha protegido a nosotros, y lo poco preparados que estamos para la muerte, especialmente de un ser querido. Editado por Temas de hoy, os cuento mis impresiones.




De un tiempo a esta parte, me siento cómoda en el terreno del dolor. No es necesario que se haya muerto tu padre, madre, hermano, hijo, para entender la magnitud de la tristeza y sentirse identificado con algunas de esas emociones, porque todos en mayor o menor medida nos levantamos o acostamos pensando en ese alguien que ya no está, que se fue, al que abandonamos, el que dejó de ser especial para nosotros.  En Ha pasado un minuto y queda una vida la venezolana, afincada en A Coruña, nos habla sin tapujos de la transformación de una hija cuando va viendo el declive de su padre, provocado por la enfermedad, y el salto vertiginoso a cómo cambian sus días y cómo cambia ella cuando fallece. Porque la muerte nos hace personas distintas, nos muta, nos transforma.


" Me abate un peso insoportable, porque los vacíos están llenos de tantas cosas.... Entiendo que no: no te abracé lo suficiente, no me despedí lo suficiente, no te sonreí lo suficiente, no tomé tus manos lo suficiente, no te hice reír lo suficiente, no te escuché lo suficiente, no te observé lo suficiente. Lo suficiente no existe: la muerte es naufragar"


El tono que utiliza la periodista es nostálgico y poético, envuelto por un aura de amor incondicional, con una narración sufrida y bella al mismo tiempo. El lector no solo se convierte en un mero observador del dolor ajeno, sino que se siente partícipe y navega en el mismo océano que la autora, en el mismo rumbo y tiempo. El proceso de duelo se transita por varias fases que se suceden en espiral, nunca lineal, y se muestran claramente: el shock, la aceptación, la negación, la culpa,… porque para el que se queda, los recuerdos resultan insuficientes y se ahoga en ellos. Qué importante tener un ancla en una situación así…. 


" Es sorprendente cómo tratamos de acostumbrarnos a vivir rotos y cómo lo conseguimos"


Me ha costado elegir las citas para compartir; son muchas las que he anotado en mi libreta. Ahora soy yo la que os recomienda este título, que siga circulando por el universo digital, que es la manera de que los libros siempre permanezcan vivos.