Hay novelas que no tienes en la cola de lecturas y se acaban anteponiendo a otras. Esto me sucedió con La representación de Claire Thomas, editada por Alba. Os cuento un poquito su argumento.
"Según la tradición, son las mujeres las que se embarazan, no los hombres. Son las mujeres las que dan a luz, no los hombres. Ellas dan el pecho, no los hombres. Vete a tomar por culo con tu coparentalidad. ¿Es que ya no se nos puede llamar madres? ¿Ni siquiera cuando estamos aquí sentadas de mala manera con vaginas todavía convalecientes después de semanas de puntos que tiran y compresas extragrandes especiales para coágulos? ¿Con pechos que gotean sangre por las grietas y leche por la sobrecarga de los conductos mamarios? ¿No podemos ser lo que somos, solo por un tiempo, antes de incluir otra vez a los hombres? Antes de aceptar esa etiqueta de coparentalidad, como si viviéramos en un estado permanente de trabajo en equipo incorpóreo, posfeminista y sin distinción de género?"
Las reflexiones que se le plantean al lector son sublimes, especialmente en lo tocante a la maternidad y, en segunda instancia, al arte. El ritmo narrativo es tremendamente lento, y esa falta de fluidez llega a aburrir en algunos momentos, de hecho estuve tentada de abandonar el libro. Y, sin embargo, me alegro de haber continuado porque la manera de desentrañar el personaje, de perfilarlo, de hacernos partícipes del presente y pasado de cada uno de ellos es brillante, esos silencios que nos rodean a cada uno de nosotros y ese papel de nosotros mismos que representamos en nuestro día a día está muy bien reflejado. Supongo que como siempre sucede, una cosa es lo que se quiera aparentar o se proyecte a los demás, y otra lo que cada uno piense o sienta de puertas para adentro. Y los prejuicios son terribles.
"Su dolor, igual que su hijo muerto, no cumple años. La pena no se hace vieja. No ha madurado ni perdido intensidad. Cuando la siente la inunda, siempre lo ha hecho, a pesar de los años, a pesar de los profesionales, a pesar del cónyuge mejorado y el hijo nuevo y perfecto que tienen".
La autora, nacida en Melbourne, ambienta esta novela en el mismo lugar pero sin aportar referencias significativas, y nos posiciona en el momento de los incendios pero podría ser cualquier otro momento u entorno, siendo el eje real lo que confluye durante la representación y no lo que acontece fuera del teatro, que resulta irrelevante. Me han gustado los tres prismas tan distintos de cada uno de los personajes, sus silencios, la diversidad emocional de cada personaje. Y me ha encantado Ivy, una señora que va de ida y vuelta y que habla sin tapujos. La falta de ritmo me ha molestado considerablemente, pero en conjunto ha sido una buena lectura. Recomiendo "La representación" para lectores con ganas de sumergirse en una novela tranquila, cómoda y sin prisa.
Parece que está bien este libro, no lo conocía, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarBesos.
Hola. Pues me gustaban los personajes, creo que son muy interesantes. Me encanta el tema del arte pero no tanto el de la maternidad así como tema principal de una novela. Si encima me voy a dormir leyéndolo, mejor que no. Este lo dejo pasar.
ResponderEliminarBesos
Hola! No conocía este libro pero lo cierto es que el argumento no me atrae mucho y tengo demasiados pendientes así que esta vez lo dejo pasar. Gracias por tu reseña.
ResponderEliminarUn saludo!
¡Hola!
ResponderEliminarNo lo conocía y aunque no suelo leer este estilo de lectura, me ha llamado la atención. Tomo nota.
Besitos :)
Hola!
ResponderEliminarGracias por la reseña y la recomendación.
En este caso creo que no es para mí.
Besotes ;)
No termina de atraerme en esta ocasión. Creo que no podría con esa falta de ritmo.
ResponderEliminarBesotes!!!
Esta vez no me atrae, creo que me agobiaría leyéndolo. Me alegra que a pesar de todo lo terminases.
ResponderEliminarBesos
Me estaba temiendo el abandono pero ya veo que este es uno de esos casos por los que merece la pena persistir. Fíjate que Alba es una editorial que me suele encajar con sus publicaciones, para mi es más el tiempo ese de reposo que requieren algunos títulos, que lo tengo cuando estoy en calma vacacional (si no, necesito cosas que me atrapen un poco). No lo descarto, la verdad pero en un tiempo de remanso.
ResponderEliminarUn beso bonita