La infancia es la responsable de cómo seremos y cómo gestionaremos nuestra adultez. El pasado a veces se arrastra como un peso del que no nos podemos desprender con facilidad. De esto habla Nadia Terranova en "Adiós Fantasmas", traducida por Celia Filipetto y publicada por Libros del Asteroide. Os dejo mi opinión.
Ida regresa a Mesina para ayudar a su madre a poner en orden la casa en la que se crio, antes de reformarla y ponerla a venta. Llega teniendo que enfrentarse a sus recuerdos y fantasmas, veinte años después de que su padre desapareciera sin dejar rastro. Entonces se percata de que aún no está preparada para afrontar el dolor que se agolpa en su garganta desde que cumpliera trece años. Sigue culpando a su madre, ya que su padre, un profesor que en los últimos días vivía enclaustrado en las paredes de su depresión, que dejó de llevarla a nadar, tuvo que lidiar con la superioridad de su madre. Entre ellas está instaurada una especie de ley del silencio que sólo se rompe para lanzarse puñales.
En efecto, en las otras habitaciones, sobre los sofás, las sillas, las estanterías, se había depositado un diluvio de estuco blanco. En cambio en la mía, tendida sobre los muebles y el suelo, estaba la vida que habíamos acumulado juntas. Solo se anida donde está sucio.
El tono de la novela es bastante lineal, melancólico, un fiel reflejo de un personaje que aún actúa como una adolescente que se encerró en su dolor y tristeza, dejando todo atrás; a su hermana Sara, a su madre, su pueblo... Vive en un matrimonio confortable en el que tampoco se esfuerza, inmersa en la rutina de su hogar en Roma, y de quien intenta vivir independiente y al mismo tiempo necesita en cada paso que da. El hijo del albañil que se encargar de la reforma de su madre, Nikos, comparte con ella vino y confesiones, y eso le hace reaccionar y darse cuenta de la fragilidad innata en el ser humano.
La vida no se construye con residuos, con lo que guardas como recambio. No dispones de otra de reemplazo, donde poner las cosas que no haces.
Tras recuperar la caja de los recuerdos de su infancia comprende que no está capacitada para enfrentarse a sus fantasmas, así que decide, simplemente, enterrarlos.
Permitiste que tu dolor te devorase y tu herida se hizo más grande que tú. Vives como una esclava, eres esclava de lo que te pasó.
Me ha gustado "Adiós fantasmas", y me ha satisfecho el enfoque que Terranova hace de la infancia, el pasado, el duelo, el recuerdo. Lo resumiría con tres palabras: triulu, malanova e scuntintizza (lamentos, malas noticias y tristeza, en dialecto calabrés). Una novela que recomiendo, sin duda.
Hola. Está claro que es una historia conmovedora. Me gusta esa relación madre hija llena de silencios, hay chicha ahí. Lo de que venga el muchacho a abrirle los ojos está bastante trillado pero si recomiendas el libro es porque el recurso funciona. Me la apunto para más adelante, es que ahora no está la cosa para historias tristes.
ResponderEliminarBesos
Hola,
ResponderEliminarapuntada queda, me has convencido aunque creo que esperaré un poco para leerla.
Un beso, guapa
Hola! No conocía el libro pero lo cierto es que el argumento tiene buena pinta y parece un libro bonito así que no lo descargo. Muchas gracias por tu reseña.
ResponderEliminarUn saludo!
Por lo que cuentas, es de esas historias que llegan. Tomo nota, que no la conocía.
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Hola! La premisa me ha recordado a lo que podemos encontrar en la última novela de Laia Soler. La verdad es que este tipo de historias con dramas familiares no suelen ser lo mío, así que al menos por el momento no me planteo leerlo.
ResponderEliminar¡Nos leemos!
La verdad es que no estoy muy para dramas ni para conflictos, pero es que me apasiona el tema... Si, me lo llevo.
ResponderEliminarBesos 💋💋💋
Gestionar mi adultez no lo llevo yo muy bien :/
ResponderEliminarLo apunto ❤
ResponderEliminarMe alegro que tú la hayas disfrutado. La verdad es que para mi fue una lectura sin pena ni gloria. No le encontré yo la chicha a la historia.
ResponderEliminarBesos
Esther cuéntame más del libro... Me dejaste con intriga. Lo de enfrentarse al pasado, la casa familiar, los recuerdos de la infancia... ojú, me suena todo eso. Ahora que estoy desmantelando la casa de mis padres, es durísimo. Besos
ResponderEliminarLe echaré un ojo; no la descarto, pero no creo que la lea en breve.
ResponderEliminarUn beso.