" LA INSUMISA " (Cristina Peri Rossi)
La primera vez que me declaré a mi madre tenía tres años. Yo tenía propósitos serios: pretendía casarme con ella. El matrimonio de mi madre (del cual fui fruto temprano) había sido un fracaso, y ella estaba triste y angustiada. Los animales domésticos comprenden instintivamente las emociones y los sentimientos de los seres y procuran acompañarlos, consolarlos: yo era un animal doméstico de tres años.
Comprendí la importancia de no saber. No saber creaba angustia e incertidumbre. No saber era no poder: ¿cómo se podían tomar las decisiones correctas desde la ignorancia?
Esta joven curiosa, que sueña con ser escritora, comienza a disponer de acceso a mayor información respecto a la que tenía previamente, a ampliar sus horizontes, y a sentirse una rebelde que vive en conflicto entre lo que piensa y siente, el silencio que su madre le impone, y el estigma social en que vive por el mero hecho de ser mujer. Y es aquí donde la insumisa sale a la superficie, reflexionando y reivindicando un espacio especial.
Aprendí que la autoridad se basta a sí misma, no necesita consenso. Y quienes la poníamos en duda éramos rebeldes. Queríamos saber. Queríamos entender. Necesitábamos explicaciones para aceptar la autoridad.
La novela es autobiográfica, y mucho tiene que aportar la uruguaya que lleva exiliada en España aproximadamente un decalustro, porque como ella misma dice "el exilio no era solo cambiar de espacio" y, agrego, la distancia no hace el olvido. Cómo olvidar a su madre, a su padre, a su abuela Marcela —que también tiene voz en esta obra—, el tío Tito, quien le descubrió la pasión por la literatura y la música, etc.
El foco de LA INSUMISA nace en la infancia, comenzando con un núcleo concreto del que Peri sale y regresa en múltiples ocasiones, con un ritmo muy muy pausado y altamente descriptivo, que a veces se pierde por el exceso de detalles. Me costó encontrarme cómoda en la lectura inicialmente, en el tono trágico y grisáceo de este relato, para finalmente salir convencida y refugiada. Un estilo muy particular que me ha hecho deleitarme en el sosiego y en la reflexión profunda hasta verme atrapada, y que recomiendo a quienes les satisfaga ahondar en los relatos intimistas, independientemente de si son hechos reales o ficticios.