A veces no es necesario una bonita portada o ver el nombre de uno de tus escritores favoritos para que tu atención recale en un libro. Una simple palabra es necesaria para titular una novela y "Madre" captó mi atención en un instante. Bajo el sello editorial de Navona -colección ficciones- Ada Castells publica su nueva andanza literaria. Traducida por Jordi Villaronga, os cuento un poquito más sobre Madre.
Han pasado cuarenta años y ya he aprendido. Mamá, ahora ya sé cómo llenar el vacío de aquellos lo siento, hija que nunca te dignaste a pronunciar y así es como empieza tu historia, con un final.
La palabra madre tiene muchísimas acepciones; quien ha concebido o parido uno o más hijos, quien ejerce como tal, el título que se asocia a una religiosa, la raíz de donde proviene algo, etc, y Sara nos habla sobre la suya. Acaba de morir y tras revisar las últimas pertenencias de Raquel -que no mamá- llega a sus manos una libreta dorada con Confecciones Vidal en la portada, y que recoge las memorias de la difunta, de puño y letra, donde detalla cómo fue su infancia, cómo conoció a su marido, sus fiestas, y un montón de excentricidades y en especial, esos planetas que son sus hijas. Sara, por su parte, escritora y también madre, tiene unos recuerdos bastante nítidos sobre su pasado, su relación para con sus hermanas y Raquel, y el trato tan autoritario que recibió. Al descubrir esa libreta se abre un mundo paralelo para ella, donde se sorprenderá con los recuerdos tan dispares que vivió su madre. Dos mujeres, un mismo pasado, dos prismas diferentes, que se van narrando alternativamente.
Madre es un pasado que arrastra desconcierto y resentimiento para Sara y sus hermanas, que crecieron con el rechazo de su madre, y la vida las convirtió en resilientes; y para Raquel, un presente cargado de odio por saberse sola e incomprendida, en una residencia, sin sus joyas ni sus muebles.
La niña Raquel había aprendido que el mar, como la vida, a veces nos trata a empujones.
Madre es una novela muy íntima dotada de mucho sufrimiento, un reflejo fiel de que hay tantas perspectivas como personas en la vida, que hace mella en el lector, obliga a reflexionar y duele. También tiene un punto irónico que suaviza el contenido, sin llegar a edulcorarlo. No conocía la trayectoria de Castells, y me ha gustado este libro, me ha enternecido y destrozado a partes iguales, y os lo recomiendo.
Necesito frotarme los recuerdos con un bálsamo que me preserve del dolor.
¡Hola! No la veo como una lectura para mí, pero me alegro que tú la hayas disfrutado.
ResponderEliminar¡Nos leemos!
Hola, Equilibrista:
ResponderEliminarCreo que ya sabrás que no es un libro que tenga muchas posibilidades de caer en mis manos, pero muchas gracias por traértelo
Un beso :-).
Hola. Me gustan estas historias íntimas y honestas aunque sea ficción. No entiendo que una madre pueda no sentir nada por sus hijos, pero es cierto que ocurre.
ResponderEliminarLo leería pero no ahora que acabo de salir de uno en el que a casi todos los personajes les ha ido mal o muy mal en la vida.
Besos
Hola preciosa!
ResponderEliminarEs cierto que muchas veces buscamos portadas más llamativas y dejamos pasar grandes lecturas porque su portada no nos dice nada, a mí ha pasado y luego ese libro con esa portada tan linda ha sido una caca. No conocía este libro pero después de leer tu reseña no descarto darle una oportunidad.
❀ Fantasy Violet ❀
Besotes! 💋💋
Hola! No sé si es un libro para mí pero parece interesante. Gracias por tu reseña.
ResponderEliminarUn saludo!
Hola.
ResponderEliminarEste libro lo dejo pasar ya que no lo veo una lectura para mi.
Nos leemos.
Un libro que parece está muy bien.
ResponderEliminarGracias por la recomendación.
Besos.
¡Hola!
ResponderEliminarPues la verdad es que me parece una novela muy íntima y con una carga muy fuerte de sentimientos. La verdad es que me parece que no es un buen momento para leer una lectura que seguro que me va a despertar muchas emociones.
¡Besos!
Ay... No se qué hacer guapa... Me gustan las lecturas íntimas, pero ahora mismo no estoy yo para tanto sufrimiento... Me la anoto para cuando esté fuerte
ResponderEliminarBesos
Me paso el día hablando con mi madre y eso que ya no está, o sí, porque está dentro de mí y de mi cabeza, y por eso hablo con ella todos los días. Pero las relaciones con las madres suelen tener muchas aristas. Entiendo tu acercamiento a este libro y a mí me resulta interesante pero, con este calor Esther, me cuesta mucho concentrarme en algo íntimo y profundo. Lo dejaría para otoño. Besos
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