23 de mayo de 2020

PSEUDOSONETO DEL OLVIDO.

cicatrices el dulce néctar de las cicatrices alejandro revuelta


La fuerza que tiene la literatura es asombrosa.  Hace dos años os hablaba de El dulce néctar de las cicatrices, la segunda obra de Alejandro Revuelta, que acabo de releer y me ha re-enamorado. Me fascina lo que una obra nos ofrece en una segunda vuelta, quizá tercera o décima, y en cada ocasión el resultado es más sublime.

Llevo ausente varias semanas en el blog, tanto o más que en las redes, quizá justamente por las cicatrices  y una herida abierta y sangrante que lleva un proceso de cicatrización mucho más lento. Hoy me ha apetecido compartir este poema que habla de olvido, maravilloso y atinado con que quizá algunos os sintáis identificados. 


PSEUDOSONETO DEL OLVIDO 

" El olvido son los grises soleados,
el onanismo que termina en llanto,
el suspiro que sigue al <te quiero>
cuando las cosas no son lo que eran.

Olvido es el silencio que desgarra,
el ruido que se dice callando,
el vacío que precede a la rabia
cuando dejan de latir los pentagramas.

Olvido es el tufillo a uno mismo
que derrumba habitaciones vacías,
deslumbrarse por la oscuridad del sol.

Olvidar es comprender sin titubeos
que el amor es como las flores:
si lo riegas en exceso ... también muere."


No os lo perdáis con las vivas voces del autor junto a Carlos Salem . No tiene desperdicio.



Buenas tardes y buena suerte.

5 de mayo de 2020

" MATAR A UN RUISEÑOR" (HARPER LEE)

      
- Las cosas del mundo aún no lo han corrompido del todo. Deja que se haga un poco mayor y ya no sentirá asco ni llorará. 
- ¿Llorar por qué, señor Raymond?
- Llorar por el infierno puro y duro en que unas personas hunden a otras.... sin detenerse a pensarlo siquiera. Llorar por el infierno en que los hombres blancos hunden a los de color, sin pensar que también son personas. 
 

    Se ha hablado muchísimo sobre "Matar a un ruiseñor", el bestseller con que Harper Lee ganó el Pulitzer en 1961 y que fue llevada a la gran pantalla un año después. Hoy os hablo de este clásico del siglo XX.

    Nos encontramos en Maycomb (Alabama) en los años 30 y lo hacemos de la mano de Jean Louis Finch "Scout", una niña de ocho años, idealista e impulsiva, dotada de un lenguaje un tanto soez , que será nuestra narradora. Le cuesta no meterse en peleas y siempre es por defender su propia justicia, además de algunas travesuras inherentes a su edad. Su hermano Jem y su amigo -y futuro novio- Dill son inseparables. Se ha acusado a Tom Robinson, un hombre de color, de violar a Mayela Ewell, una mujer de 19 años. Su padre -Atticus- es el abogado que le defiende, y esto supondrá un gran rechazo y sorpresa entre la población del condado ya que sus gentes se rigen por prejuicios raciales y un estricto y rígido vínculo familiar. El sistema judicial de la época beneficiaba siempre al "blanco".

Aunque no había sido mi intención aprender a leer, lo cierto era que sabía hacerlo desde siempre, como atarme los cordones de los zapatos. No conseguía recordar el momento en que las líneas que Atticus reseguía con el dedo se conviertieron en palabras; sólo sabía que las veía siempre que, por las noches, trepaba al regazo de Atticus mientras éste escuchaba el informativo... Hasta que temí perderlo, jamás me cautivó el leer. A uno no le cautiva el respirar.
    
     Nada se sabe de su madre excepto que murió. Conviven con su padre, al que siempre llaman por su nombre, y con Calpurnia, su cocinera, quien además tome la función de crianza y guía, especialmente con Scout, ya que no es femenina en absoluto y en aquellos años debía convertirse en una dama. Es por ello que su tía Alexandra se instala durante una temporada en su casa, intentando darle un giro a la actitud de sus sobrinos a quienes considera literalmente asalvajados. También su tío Jack les visita y les regala unos rifles de aire comprimido, les enseña a disparar y descubren que su padre era un genio en la materia, y les permite hacerlo pero con una norma: les prohíble matar a un ruiseñor.



    Yo esperaba una inmersión en una narrativa consistente y áspera respecto a las personas de color, y aunque sí es una obra reflexiva y que, quizá sin querer pretenderlo o quizá sí hace sufrir por la injusticia, dista mucho de ser el argumento central del libro (bajo mi criterio). La autora no comienza a centrarse en ella hasta pasada la mitad del libro, y lo que nos ofrece es una cotidianidad de estos dos hermanos que se manejan entre dos aguas: la que marca la sociedad y la que su padre les muestra. Podría decirse que es una novela distópica, sin duda, pero creo que también es mucho más. Me gusta la educación que ofrece Atticus a sus hijos y me resultan entrañables. 

Hay una clase de hombres a los que conviene pegarles un tiro antes de darles los buenos días. Y aun así no valen el precio de la bala.

    Como indica la primera página de esta edición, la autora nació en Alabama y vivió un conflicto racista que conmovió el país y le inspiró a escribir esta historia, y probablemente por ello se centre en remarcar la incidencia que tiene la justicia (e injusticia) en unos niños, siendo un fiel reflejo de lo que atesora en su memoria. Y siguiendo el hilo de la edición, el ejemplar que yo tengo es Ediciones B Maxi, que no me ha convencido por los fallos de impresión de las primeras hojas y por varias erratas. Aprovecho para hacer un llamamiento nuevamente a los departamentos de corrección de las editoriales. Revisad, muchas gracias.

    En definitiva, una novela que aunque a priori no cumplía mis expectativas, ha resultado ser estupenda y merece la pena descubrir si no lo habéis hecho todavía.