" LA CASA DEL PADRE " (Karmele Jaio)
buscandomiequilibrio
febrero 27, 2020
32
Karmele Jaio es una de mis escritoras favoritas. Son tres las obras que he leído suya y siempre acierto en mis elecciones. La descubrí con Música en el aire, le siguió Las manos de mi madre -ambas editadas por Tarttalo-, y ahora le ha tocado el turno a "La casa del padre", con un salto a la editorial Destino. Os cuento mis impresiones.
Hay que puntualizar que la alavesa siempre escribe su obra en euskera, y así lo hizo también con este título, Aitaren etxea, y escribiendo de manera simultánea en castellano. Esto se agradece enormemente para que no haya después fallos en la traducción; quién mejor que uno mismo para expresar lo que quiere decir exactamente, ¿verdad?
¿De qué trata La casa del padre?
Son tres las voces que nos acompañan en esta línea argumental: Ismael, Jasone y Libe. Ismael es un escritor que sufre el síndrome de la página en blanco. Está totalmente bloqueado. Lleva intentando escribir su siguiente novela desde hace dos años y no lo consigue, saltándose los plazos que tiene acordados con Jauregi, su editor. Es su mujer, Jasone, la que siempre corrige sus textos. Ella también escribía pero ha vivido durante muchos años dedicada a sus dos hijas, que ahora ya van por libre, y sin pretenderlo comienza a teclear cada noche a escondidas de su marido.
" Las casas no son lugares físicos,
son atmósferas que nos acompañan de un lugar a otro. "
La situación se complica para Ismael cuando su madre tiene un accidente y tiene que permanecer ingresada en el hospital, y él tendrá que hacerse cargo de cuidar a su padre que está bastante achacado por la edad. Su hermana Libe vive en Alemania por lo que Ismael tendrá que apañarse para escribir y cuidar a su aita. Es a partir de aquí cuando se percata de que hace mucho tiempo que se ha ido distanciando de su padre, de su hermana y de su mujer, y poco a poco se va alejando aún más. Viven rodeados de silencios y los silencios alejan.
Jasone se siente cómoda escribiendo nuevamente, a pesar de ocultárselo a Ismael, porque escribir le hace sentir libre. Se da cuenta de que es lo que siempre ha querido y ahora busca presentarle el texto a Jauregi, y que le dé su opinión. Sin embargo, no recibe lo que cabía esperar y esto le suma en una gran desilusión. La única que conoce su secreto es Libe, su amiga desde hace muchísimos años, quien también le aconseje y proteja. Ésta, por su parte, aunque tiene una presencia más reducida en la obra, nos mostrará el porqué de su residencia fuera de casa, y el motivo de que no haya presentado a Kristin - su pareja - a su familia; su prisma en toda historia, al fin y al cabo.
" Por primera vez sentí que mi cuerpo guardaba la memoria de los cuerpos de otras mujeres. Que sus cuerpos han estado presentes toda la vida en el mío, susurrándome cómo debía dar el siguiente paso. Si debía darlo o no. "
Esta obra tiene un trasfondo metaliterario muy nítido, ya que ambos protagonistas son escritores. No es casualidad que la temática que buscan sea la misma: violación, ya que a raíz de salir a la luz el caso "La manada" en Sanfermines, la misma noche que una de sus hijas también se encontraba en Pamplona, les hizo darse cuenta de la magnitud de los hechos, de que podría haber sido su hija la que hubiese sido violada. Me ha gustado además este planteamiento.
Nuevamente Jaio nos traslada a un universo familiar donde los silencios y los secretos reinan por encima de las palabras, y lo hace muy fiel a su estilo, si bien con una estructura un poco más compleja en esta ocasión, llevándonos a su terreno: el de las emociones, y lo hace de una manera muy envolvente y sutil.
Hace unos días pude asistir a la presentación del libro en Bilbao, en el espacio Bidebarrieta Kulturgunea que fue una maravilla, y nos confesó que la parte que más le costó fue ponerse en la piel de Ismael. Yo creo que lo consigue estupendamente porque no arrastra ninguna pincelada femenina, y como se expresa en el libro, un escritor es el que escribe también sobre lo que no conoce. Juzguen y vean.
Me ha encantado.
" El escenario volvió a cambiar. Bruscamente. Un frenazo en seco, una puerta corredera que se abría de nuevo y me devolvía a una realidad oscura. Volvía, obediente, a mi sitio, como un perro que se acurruca a los pies de su amo. Fue como desplazarme de una bofetada del centro de una historia, zas, al margen."