Quince son las definiciones que aparecen en la Real Academia de la Lengua Española de la palabra "madre". En ninguna de ellas se afirma que ser madre sea tener a tu bebé en brazos, circunstancia que acarrea que seamos más madres de las que parecemos en esta situación, en silencio, remando contra nuestra propia tristeza. Yo soy una de ellas, soy lo que se denomina una "madre sin hijo", cuando no es cierto. Mi hijo tuvo, tiene y tendrá siempre una madre, yo; y un padre, mi marido; aunque lamentablemente nuestro angelito esté en el cielo de los bebés y no podamos estar juntos en el mundo terrenal. Y por consiguiente, somos huérfanos de hijo, que por cierto, es muy injusto que ni siquiera haya una palabra que defina ese término.
Como madre se lucha por proteger y cuidar a tu hijo; las que no lo tenemos en brazos sacamos las garras por proteger su memoria y que no se deje de hablar de él. Paula Bonet se desgarra en "Roedores. Cuerpo de una embarazada sin embrión", en el que se abre en canal y narra e ilustra los dos abortos de, como ella dice, sus ratoncitos. Y lo hace fenomenal, porque hay un tabú enorme en torno a la muerte gestacional y perinatal, como si no existiera. Hoy cojo el relevo, como tantas otras madres, para contar que yo también tenía uno en mi barriga, un pez payaso, un "Nemo "de casi 2.500 kg que dejó de latir el 30 de marzo y a quien parí sin vida el 31 de marzo en una serie de circunstancias que guardo bajo mi intimidad y no voy a compartir. Faltaban 5 semanas para salir de cuentas y se nos destrozó la vida. Se nos cuarteó el alma y el futuro próximo, que aún no sabemos ni cómo lidiar ni cómo reconstruir.
Como tantas otras madres, esta soy yo desnudando también mi alma, una mamá que se quedó con los brazos vacíos y los pechos llenos. Y aunque no me gusta el morbo ni el melodrama, sí me parece necesario que se visibilice también esta parte de la vida de la que no se puede huir, la muerte. Que no se tape ni se oculte, y se respete. Porque cuando estamos en fase de duelo, es terrible el dolor y la soledad que se siente. Dicen que todo ese dolor con el tiempo se transforma en amor, confieso que aún estoy muy lejos de verlo así. Hay mucho camino que recorrer, protocolos que cambiar en hospitales, y leyes que modificar. Es muy injusto que después de un parto tengas una baja de maternidad pero no puedas inscribir a tu hijo en el libro de familiia, cuando sí forma parte de la familia. ¿No es contradictorio?
He recibido muchos mensajes preguntando por mi hijo, por mí, y no he tenido hasta ahora la fuerza de contestar. Lo iré haciendo poco a poco. Si de algo sirve todo esto es para hacer una balanza de valoraciones, para comprobar quiénes te cuidan y te protegen, y hay mucha gente con un brillante factor humano y un corazón enorme; y quiénes por el contrario, y contra todo pronóstico, se alejan. Cómo duele ese silencio.... Muchas madres nos sentimos invisibles, creo que es porque para quienes están alrededor les resulta más sencillo taparse los ojos y mirar hacia otro lado que acompañar a quien sufre.
Voy a dejar los comentarios habilitados para que podáis (si queréis) hablar libre y abiertamente como lo he hecho yo, porque al fin y al cabo este espacio también es el vuestro. Únicamente os voy a pedir que si alguien va a decirme que aún soy joven, que ya tendré otro hijo, que las cosas pasan por algo, que todo se andará, que ya seré mamá, etc, por favor, ahorrad el tiempo y no lo pongáis, porque lejos de aliviantar lo único que se consigue es incomprensión y rabia, que se convierten en más dolor, y ya hay suficiente para manejar. Que nadie me diga que olvide, que el tiempo lo cura todo, y topicazos sinsentido que jamás superarán el "lo siento" sincero. El tono condescendiente y machacón del "hay que seguir adelante" es frívolo por parte de quien no comprende la magnitud de tu dolor. En el grupo de duelo al que asisto se habla de esto, y es que el duelo no se respeta. ¿Quién determina cuánto tiempo se necesita para integrar la ausencia de un hijo?
No sé cuándo volveré, ni si seré capaz de sacar a flote este lugar que aún siento como mi casa, cuando aún me tengo que reflotar a mí misma, pero sí será esta la última vez que hable de algo personal. Aún estoy en fase de resignación, digestión y asimilación, después vendrá la integración, y tras ello el reorden y el redescubrimiento. Yo sabía cómo era hasta entonces, pero parte de esa mujer que fui murió con mi hijo en quirófano, y también he de reconstruirme pedazo a pedazo.
Gracias.
Gracias.
- La amatxu de Ager -
Estoy embarazada de cuatro meses y no he podido dejar de llorar mientras te leía. Qué terrible, qué triste, qué vacío más grande. Sé que te lo habrán dicho mucho, pero si necesitas hablar, estoy a un mail de distancia.
ResponderEliminar¡Muchos besos!
Lo siento muchisimo, de verdad, lo siento en el alma, leerte como madre se me desgarra el alma.
ResponderEliminarSolo puedo darte un abrazo con todo mi cariño.
Te quiero, incluso con achuchones y corazones. Pero eso ya lo sabes, chica valiente.
ResponderEliminarNo quiero hablarte de un dolor que traspasa por dentro hasta helarte, de la búsqueda infructuosa y lacerante de
ResponderEliminarrazones, de la culpa que siempre aflora por más que te digas que es injusto sentirla, por más que intentes racionalizar lo inescrutable.
No quiero hablarte de ese dolor que
hoy sientes y sentirás siempre que pienses en Ager, aunque luego se
matice, adquiera otras tonalidades, menos hirientes quizá, pero igual de amargas. Solo quiero que sepas que admiro tu fortaleza, ese valor para
desnudarte entera. Y enviarte mi cariño, lejano y cercano a un tiempo. ¡Un inmenso abrazo, linda!
Desconocía lo que te pasó. Sabía que esperabas un hijo y no sabía que ya muy cerca de nacer se malogró. Eres fuerte y has tenido valor para contarnos que tu hijo Agar no nació vivo. Tienes una vida por delante para que el duelo se quede en un segundo plano. Hoy es muy pronto, te acompaño en tu dolor y te doy un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGood post 😊 thanks for your sharing 😊
ResponderEliminarPues yo solo quiero decir una cosa, un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarUn abrazo enorme guapa, y mucho ánimo para esa integración. Vuelve cuando puedas y lo necesites.
ResponderEliminarUn beso
Sabía que de trataba de algo duro, no sabía que tanto,de verdad que me duele en el alma,y no sabes cuánto...porque se lo que estás pasando , créeme, por eso se lo que has pasado y te queda por pasar, y lo poco que se te puede llegar a entender. La orfandad se siente desde el alma hasta en las instituciones.
ResponderEliminarUn beso 💋
Tú guardas su memoria y la cuidas, porque tu bebé está en ti y tú también le perteneces. Qué tristeza he sentido con la noticia. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarUn beso enorme.
ResponderEliminarAlgo suponía y no quería creerlo. Ese dolor que expresas te va a acompañar siempre y te transformará en una persona diferente , ni mejor ni peor, pero esa vivencia te marcará y tendrás que lidiar con ella como lo estás haciendo, abriendo tu corazón a otras que como tú lo sufren en silencio, y dejando que te ayudemos en lo que necesites desde nuestra humilde condición virtual. Ager siempre estará con vosotros, en vuestros pensamientos, recuerdos y en el día a día y tú has pasado por lo más doloroso que a una persona le puede pasar. Cuídate mucho y aquí estoy para lo que quieras😘😘
ResponderEliminarCuánto ha debido de costarte esta entrada y eso la hace aún más valiosa. Te abrazo fuerte. Y te espero. Todo el tiempo que haga falta. ♥️
ResponderEliminarHace tiempo te eché de menos y vine a tu blog; aunque no hubiera una sola palabra clara de esto en tu última entrada, temí que estuviera sucediendo. El dolor se nos escapa de los dedos y algo entre tus palabras me lo estaba diciendo, pero no lo quise creer.
ResponderEliminarNo sé qué decir, que lo afrontes como puedas, que siempre que lo necesites hables de tu hijo, de Ager, con su nombre y que te entiendo. Entiendo perfectamente que no quieras frases manidas, porque no sirven para nada.
Cuídate, mímate y recuerda que, aunque no te conozca, te aprecio mucho.
Un beso.
El tiempo de duelo lo decides tú. Pensé y pienso mucho en ti. Y lo sabes. Seguiré aquí. A la sombra de mi oráculo hasta cuando quieras. Eres una gran valiente. Por más cosas que lo que has y estás pasando. Te mando un achuchón y un abrazo de doble vuelta... como me decía alguien a quien me quitaron demasiado pronto...
ResponderEliminarNo sé si será posible alcanzar el equilibrio que deseas... pero te mando las más grandes de las fuerzas para seguir buscándolo. Muack!!!!
Yo, después de leerte, no tengo palabras, solo un nudo enorme en la garganta.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso.
Perdimos a nuestra bebé como tú, hace años. Un año más tarde mi hermana pequeña perdió a mi primera sobrina en las mismas circunstancias. No hay una fórmula mágica para sobrellevar este dolor,cada mujer encuentra la forma de caminar sin sus angelitos al lado. Deseo que tú encuentres tu manera de sobrellevarlo y que sea lo antes posible. No cuento esto nunca pero Martina me perdonará por hacerlo porque tú lo mereces. Un abrazo, mi Pingüi.
ResponderEliminarMe hubiera gustado leerte otra vuelta Esther, sabía e intuía lo que ocurría y he preguntado por ti, pero respetando tu privacidad y la de la persona que me informaba no insistí nunca en los motivos. Has estado muchas veces en mi pensamiento, muchos días, pero tambien pensé que uno necesita rodearse de lo cercano y abrigarse con la gente de confianza. Tomate el tiempo que necesites para tu duelo, es tu dolor cariño, tú intimidad más grande. Ager estará siempre en ti, en tu alma, en tu corazón en tus recuerdos y hoy que le hemos puesto nombre tambien en nuestros corazones. Yo os mando un abrazo enorme a vosotros como padres y a los dos. Y raudales de serenidad que imagino será difícil conseguirla en estos momentos. Un abrazo enorme Esther. Si puedo ayudar en algo silba.
ResponderEliminarUffff!!! Qué duro! Y qué bien dices lo que había que decir y a o mejor algunos no querían escuchar. Yo me pasé el embarazo reposando, con la espada de Damocles encima de mi barriga durante ocho meses. Finalmente tuve a mi niña, pero pocos se imaginan lo que sufrí. Así que, aunque no es lo mismo, te entiendo. Y sobre todo, lo siento. De corazón. Mucha fuerza y mucho amor.
ResponderEliminarMe dejas sin palabras, nada sabía porque llevo liada tanto tiempo que ni recuerdo cuando te despediste. Ahora me quedo rota por ni siquiera haber intuido que tardabas mucho en volver. Cuídate Esther,pasa el duelo a tu manera, reconstruyete, y si quieres volver hazlo, si no te aporta nada, no lo hagas. Un abrazo enorme guapa y ojalá pronto vuelvas a sonreír.
ResponderEliminarAy, preciosa, me dejas de piedra. El otro día estaba en casa acordándome de ti, pero te imaginaba en una situación mucho más tierna que este horror que cuentas.
ResponderEliminarDate el tiempo que necesites para reponerte un poco, apóyate en los que te quieren y quiérete tú tambien.
Yo también llevo ausente del blog un tiempo y tenía ni idea de este desenlace.
Un abrazo enorme. Lo siento de corazón.
Si te tuviese ahora mismo delante, te daría el abrazo más fuerte que pudiera . A pesar de que no nos conozcamos en persona. Me duele el corazón y el alma. Un beso
ResponderEliminarLo siento muchísimo, de verdad. No encuentro más palabras: lo siento
ResponderEliminarUn beso y un abrazo enormes
Desde que estoy por estos mundillos eres de las pocas personas que se ha preocupado por mí y mis circunstancias personales de verdad, de corazón. Hoy soy yo la que te mando un abrazo enorme y con todo mi cariño.
ResponderEliminarHe leído profundamente conmovida tus palabras a las que he llegado por casualidad. Yo no he perdido un hijo, pero si he pasado estos últimos años por varios duelos sucesivos que me dan dejado tambaleando en un frágil equilibrio que aun me cuesta sostener. Y entiendo lo que dices que no se respeta el duelo, a veces de forma tan torpe y violenta que produce a su vez otros duelos secundarios. A mi me ha ayudado mucho leer y escuchar a Alba Payas que es uno de los referentes más importantes en duelos a la que conocía por mi formación en psicología. Estertxu si quieres que te mande referencias me dices como puedo mandártelas por mail. Me siento cerca de ti en tu dolor, y quizá también geográficamente porque soy de Bilbao.
ResponderEliminarUn abrazo grande
AR
Acabo de ver tu dirección de correo después de poner mi comentario. Así que ahora mismo te mando las referencias por si pudieran serte de ayuda como a mi.
ResponderEliminarAR
Ay preciosa! Justo ayer estaba pensando en vosotros, en cómo seguiría todo pero no quise molestarte. Han sido varias conversaciones estos meses y tengo que decirte que he aprendido de tí muchísimo, a ser fuerte, valiente, ya te lo dije, que lo que necesites aquí me tienes aunque tengo tan poquito que aportarte que sólo te puedo volver a decir lo que te han dicho por aquí. Lo siente y mandarte mil abrazos. El saberlo no ha hecho que no pudiera de parar de llorar al leerte. Ya sabes lo que te entiendo y lo de acuerdo que estoy contigo en ahorrarnos esas palabras vacías que no dan consuelo, al revés, hacen más daño y más rabia porque parece que están menospreciendo lo que tú sientes, y más importante, menospreciando a tu hijo, porque lo es y lo será siempre, tu hijo y vosotros unos padres maravillosos. No es cierto eso de que el tiempo todo lo que cura, por lo menos en este caso, lo estás haciendo genial, y esto que hoy nos has contado me demuestra una vez lo grande que eres. Un besazo enorme mamá Esther!
ResponderEliminarEsther, nada de lo que te diga te servirá de consuelo. Es el post más bonito y más duro que he leído y que leeré. Aplaudo tu valentía. Te dejo un abrazo, inmenso. Un beso.
ResponderEliminarLo sentimos muchísimo. Ánimo y mil abrazos.
ResponderEliminarNo lo sabía, pensaba que tu ausencia era por alegría. Me rompe tu dolor y solo puedo decirte un ánimo vacío, pero de corazón. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarHola, preciosa.
ResponderEliminarYa imaginé que tu drástica desaparición de las redes se debía a alguna tragedia, pero jamás imaginé que este fuera el motivo. No quise molestarte por privado, para que tu dolor no se agravase, fuera cual fuera, pero sabes que me tienes aquí para lo que necesites. Un abrazo fuerte y un beso
Hola. Me acabo de enterar. Y me pongo en ti lugar porque de otra manera pasé por lo mismo. Pasé el dolor físico y emocional que es el que más dura para luego no tener nada en los brazos. Pero ahora si lo tengo. Y créeme no se olvida pero la vida sigue. Mucho ánimo y piensa en que la naturaleza es sabía que quizás se fue por algo. Un beso enorme.
ResponderEliminarHola!me paso lo que a ti y si quedamos huérfanos de hijo.que es lo peor que puede pasar. Pero luego la vida me mando tres !! Jamás se nos olvida.ni jamás lo dejamos de querer y llorar.hoy tendría veinticinco años.Mi ángel recibirá al tuyo.
ResponderEliminarLo siento. Un saludo
ResponderEliminarEsther, ando tan desconectada de todo en general siempre que no tenía ni idea, ni idea de todo esto ni de que tu ausencia fuese por motivos tan terribles. Al contrario, cuando pensaba en ti te imaginaba en una situación completamente distinta. Te mando mucha, muchísima fuerza y montones de cariño, Esther, y puedes estar segura de que lo hago de corazón.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Bonita...apenas he pasado por el blog y acabo de enterarme de todo. Este verano me he acordado de ti, sabía que ya te quedaría poco...y ahora no sé ni qué decir ante la valentía con la que te has desnudado, dejando escapar un poquito de todo lo que sientes y estas viviendo. Ojalá nunca tuviéramos que leer nada así, ni vosotros vivirlo.
ResponderEliminarTe mando toda la fuerza del mundo, a tu pareja y a ti. Un besazo enorme.
¡Hola!
ResponderEliminarTe mando un abrazo enorme y mucha fuerza. Es un post muy valiente. Te agradezco el seguimiento y por supuesto me quedo por aquí.
Un besazo enorme.
Dando una vueltecita por los blogs y por twitter me he acercado al tuyo como en tantas ocasiones para ver de que trataba ese nuevo libro que reseñabas y me he encontrado con tu post.
ResponderEliminarPoco puedo decir que no te hayan dicho ya. Solo mandarte un abrazo enorme.
Lo siento muchísimo, no puedo llegar a imaginar por lo que estás pasando. Un abrazo
ResponderEliminarNo sabía si comentarte ésta entrada puesto que llego bastante después de que lo publicaras... pero pensé que, si tú has tenido la entereza de compartir esto con nosotros, lo mínimo que puedo hacer yo es reflejar que he estado al otro lado, atenta y con el corazón en un puño. Me consta que aquí somos muchos los que seguimos de cerca tus reseñas/publicaciones y no es solo porque compartamos gustos, sino que también se termina despertando cierto cariño por algunas personas. Yo soy pésima recordando los nombres de los blogs, pero cuando alguno/a me dejáis un comentario sé de quiénes tengo un buen recuerdo y a quiénes no tengo aún ubicados, por ejemplo. Y tú entras en el primer grupo. Así que me sumo a ésta ola de cariño y espero (porque confío en ello) que lleguen momentos especiales que dejan atrás todo lo que estás sintiendo ahora mismo.
ResponderEliminarUn abrazo
Todo lo que diga se queda en nada, así que simplemente te mando un abrazo muy fuerte y muchos ánimos. Lo siento muchísimo...
ResponderEliminarUn beso muy grande
Un abrazo enorme. Lo siento.
ResponderEliminarHola corazón, mis más sinceras palabras de ánimo y de respeto a la situación por la que estás atravesando. Tómate el tiempo que necesites, porque solo tú sabes cuánto va a durar esto y si se va a prolongar en la vida. (Re)constrúyete a tu manera, nadie que haya pasado por lo mismo o alguien que no lo haya atravesado sabrá saborear siquiera una pizca tu dolor. Apóyate en todo aquel que necesites y, sobre todo, quiérete porque te vas a necesitar.
ResponderEliminarUn abrazo desde el sur preciosa, mucho ánimo ❤
Etérea
He llegado hasta este escrito tuyo hoy, 17 de noviembre. No lo había leído y no conocía esta pérdida tuya. Es duro, imagino, y creo que la lectura de Paula Bonnett te puede ser de inmensa ayuda. Citas su libro "Roedores. Cuerpo de una embarazada sin embrión" que yo no conocía; yo leí y me impresionó por su tremenda sinceridad y mostración del dolor otro -"Lo que no tiene nombre"- escrito a propósito del suicidio de un hijo suyo. Es una obra dura pero que muestra cómo ella encajó la pérdida y pasó el duelo consiguiente.
ResponderEliminarUn muy muy fuerte abrazo y un beso sincero, Esther
Hola linda. Estuve buscando como loca este post después de lo que escribiste en el mío, y recién pude encontrarlo. Lo siento, de verdad. Lo siento en el corazón, en mi piel que se erizó al leer tus palabras. Lo siento tanto.
ResponderEliminarTe mando un abrazo enorme, te mando toda la energía que pueda transmitirte de acá hasta allá. Te abrazo fuerte.
Samy