Es curioso cómo evolucionamos los seres humanos; en el peor de los casos, cómo "des-evolucionamos". Cuando yo era pequeña había una palabra que me asustaba muchísimo; ésta era "inmediatamente". Si mi madre hacía uso de ella, que por normal general venía acompañada de un mandato, yo sabía que oculto tras ella había una represalia, incluso una amenaza de castigo. No teníamos tanta prisa, nos tomábamos la vida de otra manera y había otra definición de lo inmediato, tan distinta a la actual.
Ahora no, ahora no solo ya no la tememos, sino que lo asumimos como parte de nosotros; esa inmediatez que, provocada por los avances tecnológicos, siempre en costante crecimiento, nos hace no pararnos a utilizar parte de nuestro tiempo en los detalles, ni a reflexionar o analizar el cauce de nuestros días; ya no mostramos interés en ir conociendo poco a poco a una persona nueva, sino que prejuzgamos de una manera rápida y, muchas veces, también errónea, para así poder abarcar el mayor número de actividades posibles y, por supuesto, compartirlo en nuestras redes sociales de ipso facto, sin dejar opción a la duda, sin el beneplácito del descubrimiento. Lo que nos causa pavor es enviar un mensaje y no obtener respuesta instantánea, llegándonos a preocupar porque algo terrible está sucediendo.
Yo añoro la pausa, el ocio, la dedicación; una conversación cara a cara, tacto a tacto. Echo de menos el silencio, el aburrimiento, la risa; sí, porque ya no reímos como antes, sino de forma intermitente, como si el eco de la risa se tuviese que cronometrar para pasar raudamente a otro menester y esto, sin ser del todo conscientes, nos acecha, nos deprime, nos entristece y nos estresa. Personalmente intento cortar esta soga al cuello, ojo, no siendo fácil renunciar a la comodidad, pero sigo escribiendo cartas de puño y letra, prefiriendo la cita que la llamada, el abrazo que la palmadita en la espalda, y en los días de más ruido me autoinflinjo como penitencia silenciar el teléfono y desconectar de lo que me atenaza. Qué autocastigo tan beneficioso....
En esta era de estrés y agobio, ¿qué echáis vosotros en falta?
La pausa suficiente para acertar
ResponderEliminarBesos
Hola!
ResponderEliminarQué identificada me he sentido con el miedo a la palabra "inmediato" cuando era pequeña xD Mi móvil suele estar en silencio, pero admito que constantemente lo tengo entre las manos y eso que no soy mucho de redes sociales...
Gran reflexión.
Un beso!
Buena reflexión, creo que debemos pararnos más y vivir sin prisa, dejando de lado el móvil para disfrutar de la familia y amigos.
ResponderEliminarBesos
¡Hola! ^^
ResponderEliminarYo echo de menos cuando no había redes sociales y no estábamos tan pendientes de la tecnología.
Un beso!
¡No te haces una idea de lo mucho que me ha gustado tu texto y tus palabras! Tienes tanta razón... al final nos hemos convertido en una sociedad estresada y llena de ansiedad porque lo queremos todo "ahora". Somos esclavos de la tecnología y ya no disfrutamos de las pequeñas cosas, de los pequeños placeres que requieren un tiempo, como simplemente tomar una bebida caliente mirando por la ventana o reflexionando :( ahora si tenemos que esperar a lo que sea, sacamos el móvil y miramos redes sociales o algo para entretenernos.
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarBuena reflexión, yo soy consciente que vivo en una continua cuenta atrás de miles de cosas que hacer y me cuesta encontrar un momento de tranquilidad. Sé que además es una forma de ser, sé que no es es sano pero intento que aunque esté hasta arriba de cosas que hacer, también debo tener un momento de descanso sin cronometro ni reloj.
Un beso
Tienes toda la razón. Estoy cansada de tanto trajín y no tener tiempo por ejemplo, para mí, para cuidarme yo... Es un agobio. Hecho en falta esos días de niña en los que me daba tiempo absolutamente a todo. Besos
ResponderEliminar¡No te puedo seguir el ritmo! Publicas entrada nueva a la velocidad de la luz, pero siempre, siempre te leo.
ResponderEliminarSiento especial predilección por estas entradas, por tus reflexiones, una ventanita a esa Esther que hay detrás de las teclas y que gracias a tus palabras siento muy cercana.
Yo también echo de menos esa pausa y echo de más demasiadas cosas de la vida de ahora.
¡Mua!
Hola,
ResponderEliminarUna entrada muy interesante.
Besos desde Promesas de Amor, nos leemos.
Una entrada que nos hace reflexionar. Ya todo tiene que ser de inmediato. Esta semana que he ido de viaje sólo he usado el móvil para ver la hora o sacar una foto. Estar desconectada fue un alivio aunque en cuanto teníamos Wifi procurábamos enviar un mensaje estoy bien. Y se pasó la semana y nos dedicamos a otra cosa que es ver y disfrutar de lo que teníamos. Pero te das cuenta que la gente no puede pasar sin la tecnología. Un abrazo.
ResponderEliminarSi que es cierto que nuestro ritmo de vida ha cambiado para peor. De pequeña yo pensaba que ibamos estresados, pero ahora mismo pienso que vivo porque tengo que vivir, porque tiempo de ocio muy poco. Bueno si, lo poco que le dedico al blog y a leer.. Porque el resto es trabajo, estudiar, la casa, entrenar. Está claro que todo me gusta, pero de vez en cuando un finde de desconexión total en una casita que tenemos donde no hay ni cobertura a mi chico y a mi, nos viene de lujo.
ResponderEliminarB7s
−Leo la lluvia caer−
El otro día un amigo me recriminaba que tardé horas en contestar un wasap que era muy muy muy importante, le dije que estaba enferma y que saber cómo se iba a llamar mi sobrina no era taaaan urgente 🙄 Y es que todo lo queremos aquí y ahora y nos desesperamos si no es así ¡Estoy harta!😤
ResponderEliminarLos sábados es un dia de desconexion forzosa en casa, y punto.
Besitos preciosa 💋💋💋
Más de acuerdo imposible. Esto de la inmediatez me tenía tan agobiada que acabé cerrando todas mis redes sociales (excepto twitter xD) y aislándome un montón, por desgracia. Es que eran demasiados estímulos que venían de todas partes; qué por qué no viajaba, por qué no salía con amigos, por qué no salía a comer, por qué no tenía novie, por qué no estaba haciendo todas las cosas si esta era la edad para ello y que se me iba a pasar el tiempo y uff. He estado más tranquila e intento tomarme todo con calma, pero el mundo va tan acelerado que la sensación de quedarse atrás a veces te suelta y no te deja. Pero se hace lo que se puede para vivir en paz.
ResponderEliminarGracias por tu comentario y por esta entrada <3 Saludos!
Hola!
ResponderEliminarYo la verdad que muchas veces lo hablo con mi pareja y es que hace unos años no vivía tan pendiente de las redes, ni de si subía una foto... años que echo de menos...
Besitos :)
Hola Esther!! Me encanta tu entrada de hoy. Yo echo de menos la tranquilidad, la serenidad y más paciencia por mi parte. ¡Estupenda reflexión! Besos!!
ResponderEliminarCuánta razón tienes. Vivimos estresados, siempre pendientes del teléfono, de las infinitas redes sociales... Y no nos detenemos a disfrutar del momento, de la persona que tenemos al lado, de nosotros mismos. Echo en falta el silencio, como tú, la tranquilidad, relajarte...
ResponderEliminarBesotes!!!
Holaa, muchas gracias por la reflexión y sí, se ha ido modificando en significado de esa palabra, como todo, nosotros somos quienes les damos el sentido a las palabras y ahora todo lo queremos enseguida, yo por mi parte intento mantener mucho de mi vida privada como eso y no reportar cada paso que doy :P
ResponderEliminar¡Beesos! :3
Hola, me encanto esto que has escrito porque lastimosamente en un mundo en donde la mayor parte del tiempo la tecnología nos gobierna aun existimos personas que nos gusta poder platicar cara a cara y no por medio de una pantalla, ojala todo apreciaran esos bellos momentos.Saludos
ResponderEliminarMe ha encantado leerte, querazonbhay en esas líneas..
ResponderEliminar¡Hola! Tienes mucha razón. Actualmente todos vamos a contrarreloj y la tecnología es dueña de nosotros. Personalmente, son cosas que la sociedad debería de cambiar, pero el nivel de estrés es tan alto que es complicado. Igualmente mientras nosotros lo intentemos, es lo que vale. Un beso.
ResponderEliminarCoincido contigo, en esta época vivimos todos estresados. Yo me he apuntado a yoga para relajarme y me ha cambiado la vida, te lo recomiendo. Un abrazo, gran post!
ResponderEliminarHola :)
ResponderEliminarTienes toda la razón y estoy muy de acuerdo contigo. Hay mucho cúmulo de estrés, la sociedad de hoy día funciona así. Los únicos que quedan para intentar buscar algo de paz somos nosotros mismos.
Un beso y gran reflexión
Cada vez más la vida parece estar dirigido por esa inmediatez de todo, y los que vivimos cosas que requerían su tiempo todavía estamos un poco más centrados. Pero las nuevas generaciones no son conscientes de que hay cosas que requieren su tiempo, y que eso no es malo. Luego vienen las frustraciones...
ResponderEliminarCon lo bonito y sano que es la tranquilidad, el alejarse de todo esto durante un tiempo.
Besitos
conversaciones con otros, sin moviles etc. Buen post :)
ResponderEliminarYo también sigo escribiendo cartas a la vieja usanza (¡me encanta!), y he empezado el año con algunos propósitos de enmienda sociales que, de momento, voy cumpliendo. Un besote!
ResponderEliminarBuena reflexión, pingüi. Nada como el cara a cara, una mirada, un abrazo y un olor. Las redes nos tienen locos, ese tener que responder al instante. Yo suelo decir a mis amigos: ni respondo rápido ni pido que me respondan rápido.
ResponderEliminarBesos
Hola.
ResponderEliminarMuy buena reflexión la verdad es que de pequeños esa palabra era terrible porque seguro que estabas en tus cosas y tu madre por supuesto no iba a estar esperando, me siento muy identificada. Tengo que decir que ahora que soy madre la utilizo mucho, pero es que la vida ya es frenética de por sí, es raro el momento que tengo para mí, y es verdad tengo el móvil todo el día, y no dejo de mirar notificaciones.
Muchos besos.
La dexconexión, la paz y la tranquilidad. Pararlo todo un segundo y sentir. <3
ResponderEliminarLa tranquilidad, la superficial seguridad que me daba la familia. Porque el tiempo no sólo se aceleró, sino que arrebató la imagen de (no familia feliz) familia que tenía y, quizá podría llamarlo inocencia, porque comencé a ver los problemas y me aplastaron cual insecto, creo que aún no termino de despegarme de la suela de la vida.
ResponderEliminarHola :)
ResponderEliminarNo sabría que decirte, se que echo de menos cosas como a veces la calma, no tanto teléfono... antes lo usábamos solo para poder quedar o para hablar con quien nos quedaba lejos... ahora casi ni lo soltamos.
Gracias por la reflexión
Un beso infinito ♥
Hola! me parece un buen "autocastigo". Hay veces en que hago lo mismo, desconecto el móvil y listo aunque luego me encuentro con gente que se molesta porque no estoy disponible de forma inmediata. También echo de menos más citas y menos móvil. Besos!
ResponderEliminarQué buena reflexión. A mí esto del móvil y las redes no se me da. A veces, si salgo a pasear, ni llevo el móvil.
ResponderEliminarPor cierto, eso de cuando éramos pequeñas y decían "inmediatamente" también me ha recordado a mí jajajja
Besos.
Creo que cada vez somos más los que somos conscientes de que algo se nos está escapando de las manos con esto de las redes sociales.
ResponderEliminar¿Que qué echo de menos? La reflexión, en un sentido no profundo ni filosófico, sino cotidiano, como la que practican muchos de nuestros mayores. Menos parlotear y más pensar en lo que de verdad importa de todo lo que vemos/oimos. Informarse bien, con un poco de esfuerzo, sobre lo que de verdad nos afecta, no quedarse con el primer ni el segundo titular o tuit ingenioso que se viraliza.
Y luego, sí, opinar. No callarse. Pero hacerlo bien, sin burradas, ni provocaciones innecesarias.
Besos!
Totalmente de acuerdo. Nos hemos vuelto esclavos de la tecnología, de la inmediatez, del "me gusta" y de esa imagen artificial que las redes sociales nos dan. En mi caso, echo de menos el salir al parque o a cualquier entorno natural, que lo sigo haciendo, pero no con la frecuencia de antes o la que me gustaría.
ResponderEliminarUn beso ;)