Dicen que quien habla con el corazón en vez de con la cabeza, tiene el privilegio de que quien le escucha también lo hace con el corazón. De aquí se deduce que para ello es importante tener quién preste atención a tus latidos. Por estos lares me encuentro divagando sobre el tema en cuestión, porque es completamente necesario en primer lugar, saber interpretar las señales que el corazón te envía, que eso se convierta en palabras y fluyan solas como el viento; y en segundo lugar, elegir en quién confiar para que te preste sus oídos y te los entregue para la causa; decidir en quién confiar con esa seguridad plena de que tus pensamientos se convierten en secretos en el mismo momento en el que te aventuras a compartir con otra persona tus miedos, tus temores, y vaciarte.
Esto es pura fortuna. Expresarte sin tapujos con esa persona que te comprende, que te ayuda a entender (te). Y tener la suerte de contar con ella. Porque abrirse a los demás no es fácil, partiendo de la premisa que saber intepretarse a una misma ya es una tarea compleja. Porque las personas cambiamos, evolucionamos y nos equivocamos, y asimilar una crítica constructiva es mucho más llevadero cuando te preguntas y te respondes, o cuando le preguntas y te responde, y hace tu mundo mucho más simple. Lo dicho en voz alta siempre pierde peso y suena menos importante que cuando se agolpan sensaciones y sentimientos y no consiguen salir de la garganta, hasta que por fin sale, y te sientes liberada. Entonces se termina el ruido, ese ruido ensordecedor que atormenta y no permite encontrar calma ni equilibrio.
Qué sencillo es que te duela la cabeza y tomarte una pastilla milagrosa que calme la molestia, pero cuando es tu alma la que sangra con solo rozarla con la punta de un alfiler, ¿qué tratamiento hay que seguir? Hablar para poder desahogarse. Sentarse sin prisas a exponer tu patología y que la persona en quien confías, sin ser médico, te muestre un camino o una solución que estaba frente a tus ojos y tú sola no habías visto.
Así que gracias a las personas con buen fondo y capacidad de amar, que siempre encuentran las palabras con las que devolverte a tu mundo sin haber dado un giro de 360º; las que te ponen en línea recta cuando tu sendero tenía demasiadas curvas.
Holaaa
ResponderEliminarPero que precioso fragmento.
Un beso enorme!!
La verdad es que sí hay que dar las gracias a esas almas que te ayudan en los momentos bajos. Un beso.
ResponderEliminarQué bien lo has contado y qué complicado cuando encuentras a esa persona que se convierte en el espejo donde te vacías... y se va.
ResponderEliminar¿Sabes que el blog es un poco, a veces, las menos, cuando hace falta, cuando no hay manos, un poco lo mismo?
Besos
Qué gran entrada, Esther... Vuelcas pensamientos con gran destreza. Muchos que publican y se las dan de tener oficio quisieran tu hondura. Besos!
ResponderEliminarSiempre hablamos de la mala gente que nos rodea y de lo poco que son de fiar, de lo de lo mal que va el mundo, pero es que también hay personas muy buenas, personas llenas de luz que con solo su presencia te hacen feliz, te reconfortan, no hay que olvidarnos de ellas
ResponderEliminarBesukis 💋💋💋
Es algo que yo me pregunto muchas veces, se puede confiar en las personas o no? y en qué personas? A veces te sientes tan vulnerable que te desahogas en los poco adecuados porque aprovechan esos momentos de "debilidad" interior para coger esas confesiones y ponerlas contra ti cuando menos te lo esperas.
ResponderEliminarEn la mayoría de las ocasiones pienso que es mejor guardar para adentro pero es triste y se necesita sacar demasiado, no solo por contar sino por sentir que hay quien está dispuesto a escucharte y ayudar. Un abrazo, amiga
Es fundamental tener a alguien en quien apoyarse y son los años los que te permiten ver en quiénes sí puedes hacerlo y en quienes no. La pastillita no vale para desahogarse, aunque algunas crean que lo soluciona todo, un buen apoyo es más efectivo que cualquier otra cosa.
ResponderEliminarBesitos
Conmovedor. Y la capacidad que tienes de poner por escrito estos temas tan complicados de explicar y cuesta hablar. Es verdad que existen esas personas que nos reconfortan, que nos mitigan esos dolores para los que la.mejor medicina es compañía, comprensión y un abrazo.
ResponderEliminarBesos
Madre mía! ¿Así escribes? me ha encantado el fragmento entero Esther. Quiero más post de este tipo!
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo soy de las de hablar. Y es verdad, requiere un buen auditorio si te vas a desnudar. No concibo esas personas que se lo guardan todo para sí. Besos
ResponderEliminar¡Hola! Me ha encantado y cuanta razón tienes. Y que difícil es encontrar ese tipo de personas. Y sobretodo cuidarlas una vez las tenemos.
ResponderEliminarUn beso!
QUE PRECIOSO!!! ME HA ENCANTADO este post, amo la forma en la que te expresas y todo <3
ResponderEliminarDescubrí tu blog por casualidad y es preciosismo!! wow te debo felicitar realmente :) me quedo por naca y te sigo, saludos.
Geeky Freaky
Precioso texto, preciosa reflexión!!!! Muchos besos, guapísima!
ResponderEliminarUn escrito con una reflexión que espero que siempre haya personas con quien poder apoyarte. Un abrazo.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarCuesta mucho encontrar a ese alguien que sepa sacarte del sendero de curvas... o más que encontrarlo, quizá lo que cuesta es aceptar que hay que escucharle. Preciosa reflexión.
Un beso!
Reflexión profunda e interesante. Siempre necesitamos unos oídos que nos escuchen y un corazón que nos comprenda. Pero no siempre se consigue,
ResponderEliminarBesos
Una reflexión muy sincera y acertada. En cualquier relación lo más esencial es la comunicación, así que estoy totalmente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarBesos gatunos!
Hola :)
ResponderEliminarPues yo tengo sentimientos encontrados con respecto al tema por un solo motivo que da mil razones para hacerle caso o para no escucharle, así que me reservo la opinión al respecto pero que gusto que te abras de esta forma.
Es precioso, te felicito ^^
ResponderEliminarUn besazo!
Un fragmento muy bonito,gracias ❤
ResponderEliminarHolaa, muchas gracias por la reflexión, sin dudas que como humanos necesitamos de otras personas, del calorcillo y más cuando somos comprendidos.
ResponderEliminar¡Beesitos! :3
Preciosa reflexión y qué intenso. Qué bonito cuando encontramos a personas que son luz, que nos comprenden, que nos entienden, que nos dan la vida y nos ayudan a querernos a nosotros mismos.
ResponderEliminarUn beso
Qué bonito! Y cuánta razón llevas para algo que, como dices, no es nada fácil.
ResponderEliminarBesos!
Pues si hay que dar gracias a esas personas que de verdad saben escuchar con el corazón y más en estas épocas que ya es difícil encontrarlas.
ResponderEliminarUn beso!
Qué bonito Esther y qué verdad es lo liberador que resulta encontrar "oídos" pero sobre todo corazón al otro lado. Me quedo sobre todo con esta idea: "Lo dicho en voz alta siempre pierde peso y suena menos importante" porque creo que es compartiendo que nos damos cuenta que no era para tanto y que si lo era, ahora la carga es más liviana.
ResponderEliminarUn besito guapetona
Hermoso lo que escribiste
ResponderEliminarTe cuento para mí es fácil poner mi cara mis fotos actuales y abrirme
Yo creo que cuando uno pone su cara sea lindao fea
gorda o flaca Joven o vieja
nadie va a juzarte y uno encuetra liberación a ser uno y está feliz con lo que se es
abrazo grande
Hola
ResponderEliminarQué bonito tener a personas así al lado tuya.
Precioso texto.
Besos.
Linda reflexión... El corazón está por desgracia demasiado expuesto al dolor, y sin esa pastilla milagrosa de la que hablas, solo nos queda confiar, darle tiempo. No puedo estar más de acuerdo con tus palabras.
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