Hay libros en los que no te fijarías a no ser que alguien te dijese, léelo. Esto es lo que me ha ocurrido con "El regreso" del argentino Alberto Manguel, quien publicase su obra en 2007 con Bruguera y ahora es reeditado por Navona en su colección "Impactos".
Arrancamos motores con Néstor Fábris, un ex militante político argentino residente en Roma, que regresa a su país tras treinta años de ausencia para asistir al casamiento de su ahijado, al que no conoce. Según aterriza en Buenos Aires, se percata de que se siente un absoluto desconocido. Toma un taxi y va de camino a su hotel, un hotel en el que no tiene reserva alguna, así que mientras la arreglan una habitación para él y así poder hacer el check-in, decide darse un paseo por su ciudad y al doblar la esquina, se topa con su pasado. Reencuentra un Buenos Aires que ama y al mismo tiempo le resulta ajeno; sus antiguos amigos, con los que tenía un vínculo especial, ahora le hacen sentir que está fuera de lugar. Incluso tiene que darles explicaciones de por qué se marchó, por qué los abandonó, percatándose de los errores que cometió.
"Yo alguna vez imaginé un guion en el que el tiempo se acababa. Era la historia de un hombre a quien la muerte acecha. (...) Yo siempre creí que el único héroe válido era un héroe en grupo, como quien dice, nunca el héroe individual, el héroe solo."
En un trasfondo onírico Manguel nos acerca una lectura muy inteligente en relación a los recuerdos y a las malas decisiones, el pasado que atormenta y nunca nos abandona. Nos hallaremos en una alegoría y como tal, el libro es peculiar y muy raro. El relato no alcanza las cien páginas, así que no quiero destripar nada más.
"Para nosotros el tiempo es ese momento cortito que acabamos de vivir, ayer. Para los pibes, el tiempo es lo que queda por recorrer, que parece siempre el trecho más largo (...) A ustedes les alienta el deseo de una fama que alguna mañana merecerán, las guerras que alguna tarde piensan que tendrán que entrablar, las labores que alguna noche podrán acometer o rechazar."
Confieso que no me he sentido especialmente cómoda mientras lo estaba leyendo, ya que el escritor crea confusión y sin embargo, un par de días después me ha hecho reflexionar, es decir, lo que mi amiga catalogaría como un "libro con poso". El tiempo no tiene vuelta atrás y el pasado es inalcanzable; no hay reset posible.
Este es el motivo por el que lo recomiendo aunque no creo que sea para todos los lectores. No es un pageturner sino que implica esfuerzo en su comprensión y a veces preferimos algo que no nos haga pensar en exceso. Si te atreves, ¡Adelante!
Esta vez no me lo llevo, creo que no es para mí.
ResponderEliminarBesos
¡Hola pingüí!
ResponderEliminarMe alegra que lo hayas disfrutado pero como bien dices no parece una lectura para todo el mundo y en este caso no me lo llevo, no creo que fuera a disfrutarlo.
Un besote
Me alegro que, aunque sea días después, te haya aportado algo.
ResponderEliminarYo creo que no es para mí.
Un beso :)
Me gustan los libros me hacen pensar, pero este no me tienta, creo que en esta ocasión dejaré pasar tu recomendación.
ResponderEliminarUn beso.
Este me lo llevo pero para más adelante, cuando tenga la cabeza un poco más despejada, porque ahora no creo que pudiera sumergirme en él del modo que el libro pide y necesita.
ResponderEliminar¡Besote!
Mira el método ese de confundir y no entender todo para luego llegar al final que hace pensar me gusta mucho, así que de momento me lo voy a llevar anotado
ResponderEliminarUn beso!
Me asusta un poco lo que comentas y justo acabo de salir de un pequeño bache lector así que mejor por esta ocasión no me lo anoto.
ResponderEliminarbesos =)
Hola
ResponderEliminarLa verdad es que creo que no estoy preparada para leerlo,tampoco lo disfrutaría. Gracias por tu sincera opinión.
Besos.
Pues no sé. Me ha pasado a veces pero no sabía ponerle nombre, así que me llevo la expresión "libro con poso". Lo dejo en que decida el azar, en los por si me lo encuentro.
ResponderEliminarBesos
¡Holaaaaa! No conocía el libro y sinceramente no me llama demasiado la atención pues no es de mi estilo. Gracias por la reseña de todas formas :)
ResponderEliminarTe esperamos en nuestro blog
Alberto y Tania - Crónicas de un búho
Hola :)
ResponderEliminarNo conocía este libro pero creo que tampoco es para mí. Aún así, gracias por tu reseña, un besito!
Suelo ser más de page turners, para qué nos vamos a engañar. Pero me has picado la curiosidad, no obstante. Supongo que por ese sentimiento de volver a un sitio y sentir que eres de ahí... pero ya no tanto. Besotes!!!
ResponderEliminarNo sé muy bien qué decirte respecto al libro, no me desagrada pero no me atrae irremediablemente, aunque pienso que hay un trasfondo que puede gustarme, que es interesante, pero no sé si llevármelo o no...🤪
ResponderEliminarBesos 💋💋💋
Uy, con este no lo tengo demasiado claro...
ResponderEliminarBesos.
Ahora mismo no tengo la cabeza para este libro. Quizás más adelante, que esté más despejada y pueda prestarle la atención que se merece.
ResponderEliminarBesotes!!!
Gracias por tu reseña. Todo lo que hable de recuerdos, del poso y del peso del tiempo, de lo que fuimos, son buenos libros. A mí sí me tienta, pingüinita. Muchas cenkius, pues no lo conocía. Al autor sí, claro, me refiero al libro :)
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo con estas palabras: el pasado que atormenta y nunca nos abandona.
ResponderEliminarSabes que hace bastantes años que me fuí de mi ciudad natal y ahora mirando atrás creo que me sentiría como el protagonista, perdido, en un lugar que ya no es el suyo -aunque quizá tampoco sienta suyo donde ahora está- y que trae recuerdos alegres pero también muchos dolorosos por haber hecho tantas cosas mal en el pasado. Seguro que empatizaría; me lo apunto. Besos
Ya estoy de vuelta por aquí!!
ResponderEliminarNo sé, no acaba de atraerme lo suficiente como para lanzarme con un libro así. Además ahora necesito cosas más ligeras ;)
Besitos
Yo he leído una novela que me ha requerido cierto esfuerzo en las últimas semanas y no me apetece de momento otra así. Ahora quiero historias lights porque mi cabeza no da para más. Besos
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