Había tachado de mi lista esta novela, "La caricia de la bestia" de Cristina C. Pombo. Fue leer la palabra "zombie" en la sinopsis y casi salgo corriendo, por si aparecía ( sin orgullo y con prejuicio). Fue otra compañera blogger la que me animó a leerlo, así que cuchillo en mano --por si las moscas--, me adentré en este título de Espasa. Y hoy comparto mis impresiones.
Comenzamos con una pareja de jóvenes enamorados que van a un bosque solitario a dar rienda suelta a su pasión, pero durante su jueguecito son interrumpidos por un ser, con apariencia de zombie, que lastima el rostro del chico. Comienza en Grazalema la investigación policial pertinente, de la mano de Laura Tébar, quien se convertirá en responsable del caso. No solo ella, ya que le asignarán también a un nuevo compañero, David "El Cons", un joven chico vasco recién aterrizado en la localidad.
Tébar se muestra muy disgustada con su nuevo colega ya que estaba más que habituada a trabajar con Elena Diéguez, compañera y amiga, que en pleno trámite de su divorcio decide dejar su trabajo en la comisaría. Casi no tienen respiro ya que aparece un cadáver en el mismo bosque, por lo que comienzan los interrogatorios de forma apresurada y exhaustiva.
"Una vez es coincidencia, dos es casualidad y tres es la acción del enemigo".
La trama se ramifica en dos subtramas: una, la investigación propiamente dicha, y otra, la adaptación laboral entre Tébar y El Cons. En cuanto a la primera, y a pesar de que la sinopsis le hace sombra al argumento, me ha parecido muy original y poco vista. No me gustaría hacer spoiler respecto al zombie etc, solo añadiré que está muy trabajada y la temática es muy actual. Respecto a la segunda, está bien hilada pero hay momentos en los que la lectura se centra, en mi opinión, de manera excesiva en ello, haciendo que se pierda un poco el eje de la investigación, y termine por desconcertar un poco.
La novela está dividida en cuatro partes. En las tres primeras Pombo nos va poniendo al día de cada detalle, se analiza perfectamente el perfil psicológico de todos los personajes, tan distintos y chocantes entre sí, pero con un claro nexo de unión, de equipo. Sin embargo, la mejor, sin duda alguna, es la última. Aquí es donde salta el bombazo, aparece el giro, el cambio de ritmo, en el que el lector ya no permanece entre bambalinas sino que está en primera línea del cordón policial.
"El mundo está lleno de cosas obvias que nadie por casualidad observa jamás."
No me ha resultado una novela redonda, porque como indicaba, la relación entre ambos policías me pareció repetitiva a lo largo del libro y un tanto insistente, y el final es un tanto predecible, pero haciendo balance general, me ha gustado, me ha entretenido y especialmente, por ese núcleo importante en el argumento tan de "thriller", que es la guinda del pastel, y del que no había leído con anterioridad. Laura, además, me ha encantado por su personalidad.
Es una lectura muy ágil por lo que la recomiendo para echar un par de tardes entretenidas entre sus páginas. Termino con una cita que me entusiasma:
"Y así se percató de que la única manera de no sentir una rabia tan grande que la corroía impidiéndole funcionar con corrección, o una culpa que provocaba idénticos estragos, era no sentir nada. Fue de este modo como Laura aprendió que a las emociones no se las puede entender y respetar: las emociones hay que cortarlas de raíz."
Que la ambientación
histórica a la que nos tiene acostumbrados Félix
G. Modroño es uno de sus puntos fuertes como escritor, es indiscutible.
Como no podría ser de otra forma, en “La sangre de los crucificados” este
hecho no cambia, es su pluma; Modroño escribe así, bello y
envolvente, cuidado y estudiado. Está disponible en tapa dura, blanda, edición
bolsillo y libro electrónico, editado por Algaida.
Comenzamos en una Zamora de 1682, en la que conoceremos a nuestro personaje principal, Don Fernando de Zúniga, doctorado en
Medicina por la Universidad de Salamanca. Este hombre tiene un porte no especialmente
altivo pero es íntegro y varonil, está
orgulloso de su trabajo y sus conocimientos pero tras esa fachada se encuentra
un hombre sufrido, más sensible de lo que quiere aparentar, y muy parco en
palabras respecto a su vida sentimental. Quizá se le pueda tachar como un
hombre algo solitario y tristón, con un sentido de la intuición casi comparable
a un sexto sentido.
"Todo hombre tiene que saber de dónde viene para conocer dónde va".
Recibe un aviso del
Obispo de Balmaseda en el que se le insta a averiguar el origen de una talla de
un Cristo crucificado, relacionada conuna peculiar muerte de un herrador, Manuel, encontrado en extrañas
circunstancias.
A fin de que sus
averiguaciones sigan su cauce tendrá que moverse a lo largo de la geografía
española, llevándonos de paseo por Salamanca,
Madrid y Sevilla, y en cuyo viaje le acompañará el joven Pelayo, que se deleitará del buen hacer
detectivesco de Zúñiga, convirtiéndose así en su referente.
El recorrido histórico y geográfico por esas ciudades tan bonitas y ricas en paisajes es un placer absoluto, es tan fácil imaginarlo y mimetizarse con la historia....
Se aprecia nuevamente el gran trabajo de
documentación llevado a cabo por el autor y el cual tiene a bien recopilar en
una cronología final, por si quedase algún fleco que el lector necesitase comprobar.
Una vez uno entra en la novela no hay escapatoria posible; te absorbe. El nivel de intriga es bastante constante por lo que el
ritmo de misterio no decae. Como en la vida, la mezcla de sentimientos tales como
el miedo, el amor y las frustraciones, crea un cocktail explosivo que aboga a
una lectura digna de alabanza.
"No existen los amores imposibles. Todo el mundo es libre de amar a quien le plazca. Ni siquiera la muerte puede acabar con un amor verdadero".
Reconozco que la
pareja formada por Zúñiga y Pelayo bucólicamente me ha recordado al Quijote y
Sancho Panza, en esas andanzas en las que reinaba el afecto y la amistad por
encima de todo y como valor por antonomasia, que resultan entrañables, y que yo
he visto como un guiño.
Fernando de Zúñiga enamora, embauca y engancha. Ambos
personajes están magistralmente perfilados. Hay más Zúñiga en “Muerte dulce” y “Sombras de Agua”, que conforman
una saga en clave de thriller histórico que no deja indiferente a nadie.
El otro día, entre risas y quejas, escuché una conversación de lo más lucida e interesante entre un grupo de personas. Lo siento, no puedo facilitar mis fuentes. El tema versaba sobre las relaciones con la familia política, véase, con suegros, cuñados, sobrinos, etc. Y es que algunas están tan deterioradas que casi podrían viajar en ambulancia.
La familia biológica no se elige, pero lo cierto es que la política tampoco, viene autoimpuesta. Este fue uno de los motivos de queja; se hizo un planteamiento sobre que al conocer a una persona viniese con carta de presentación, tanto propia como de su familia, especialmente respecto a su madre; algo así como acudir a una primera cita de golpe y porrazo con el/la "posible" y sus progenitores al mismo tiempo. Esto otorgaría la oportunidad de un 2X1 o de salir por patas con la mayor integridad posible, dado el caso....
No reflexiono únicamente respecto a esa madre (era el motivo principal de enfado) y el susodicho en cuestión, porque había un ejemplo concreto en el que la suegra era maravillosa pero el hijo le había salido rana. Y plantearse una relación a largo plazo con ella estaba como un poco fuera de lugar, jajaj.
Otro caso, muy controvertido, rozaba lo inaguantable. No solo es que los suegros se le hubiesen instalado en casa, reduciendo la intimidad y el espacio vital hasta límites insospechados, sino que además de las quejas constantes por la comida y otros menesteres, tampoco pegaban ni chapa, es decir, un rollo okupa pero en modo selecto. ¡Qué supremacía!
También quiero puntualizar un ejemplo de suegra estupenda, denominémosle la campechana, la típica señora que no te acribilla a whatsapps, ni a llamadas, que no se instala en tu casa, que no te da la murga, vamos, casi un 10 de suegra pero que no alcanzaba a 7 por su pasotismo. Y entonces, pensé yo, ¿se pueden intercambiar las suegras? Porque si la acosadora y la pasota se cambiaran de ambiente durante unos días, tipo como esos realities de "yo en tu casa y tú en la mía", sería una manera estupenda de ver las cosas desde otra perspectiva.
Y aquí viene mi pregunta, ¿existe la suegra perfecta? Y me refiero a perfecta a ese término medio de "te envío mensajes pero no te agobio", "te dejo vivir a tu aire y te visito pero no utilizo tus toallas" y que pase de todo pero no de ti especialmente.
Parecido respecto al tema de cuñad@s y sobrino@s, "no acabo de congeniar", "me quitan el oxígeno"... Está claro que uno barre para su casa y aunque se discuta, la confianza plena de una familia directa no es la misma que con la "pegada". ¿Se podría considerar, y valga la redundancia, como <políticamente incorrecta>?
Y otra cuestión, ¿todas estas personas son conscientes de que puede que algún día también sean suegr@s, cuñad@s, sobrin@s?
Para finalizar diré que esto es una mera recopilación de datos desde el más profuso respeto, humor e ironía. Se abre el debate.....
Todo lo que viene de mano de Destino me llama la atención; a veces me animo con la lectura, y otras paso de largo. En esta ocasión os hablo de "El carbonero", de Carlos Soto Femenía, un nuevo viaje en clave de thriller, que se lee de una sentada.
Nuestro protagonista principal es Marc, un joven de trece años que reside en una pequeña porción de tierra de Mallorca. De entrada conocemos el asesinato de su madre y tras ese fallecimiento tan drástico, tendrá que compartir su vida con un padre que ya no hable, sumido en sus propios demonios y Marc, por su parte, no solo tendrá que descubrir quién o quiénes le privaron de su madre a una edad tan temprana, sino que esa quemazón que le corroe se verá rodeada de una sensación de soledad abrumadora.
" Cuando alguien quiere conseguir algo, debe estar dispuesto a conseguirlo solo; no hay alternativa."
Entremezclado con el oficio de carbonero, iremos conociendo ese trabajo a pinceladas, siendo partícipes entre sitja y sija, del dolor y el sufrimiento que sufren padre e hijo. Se apoyará en sus amigos Aina y Arnau. A Aina la tiene totalmente idealizada, pero también aparecerá en la trama Joana. Su sed de venganza lo tiene absolutamente atormentado y anulado.
"El mal no estaba por tanto más allá del límite. Los límites no existen. El mal dormía en la inteligencia y despertaba con su uso."
Lo crudeza de esta historia se centra en la venganza, en el sentirse perdido, en ese paso de joven a hombre, atropellado y autoimpuesto. Es una novela entretenida con una trama bastante lineal, narrado pausada y detalladamente, que no dura más que un rato en las manos pero aunque entretiene, y se consigue llegar a empatizar con el protagonista perfectamente, no me ha dejado una sensación de satiasfacción perecedera. Puede que sea originado porque como thriller, no tiene un ritmo frenético, y aunque sí destaco positivamente su parte más psicológica e intimista, no ha sido suficiente.
Imagino que cada persona afronta el dolor de distinta manera.
Los cambios a los que nos exponemos o los mismos obstáculos que nos antepone la vida no vienen con un kit extra de protección, al estilo caballeresco, con su lanza y su coraza, ni con la fuerza y la exactitud de quien sabe pelear, ni con un manual de cómo no dejarnos dominar por nuestros miedos, siempre previos a otro cambio más.
Cada año que pasa resulta más costoso sobrevivir a un nuevo giro de tuerca, ya de dignidad y de autoestima mejor ni hablemos. ¿Conocéis esa sensación en la que el miedo se convierte en terror?; la rutina en comodidad y el confort en una arena fina y mullida de la que cuesta salir y no apetece desprenderse.
Cada cual lo sobrelleva de la mejor forma posible y no hay un mandamiento establecido. Unos utilizamos la terapia de desahogo, que no es otra que hablar y hablar hasta vaciarse, porque parece que lo dicho en voz alta resta peso al paquete, soltar lastre lo llaman otros. Basta con tener alguien de confianza que preste sus oídos, su corazón y un ratito de su tiempo para comprenderte, esa mano amiga que aprieta la tuya para que todo se vea más fluido, y que empatiza con tu dolor y con tus inquietudes.
Otros preferimos ir con calma, ponernos en modo submarino, desaparecer, encapsularse, mientras se hace una cura de saneamiento, a modo de ejemplo, por una ruptura.... Algo así como asimilar cuanto antes el dolor, y una vez reposado, ir compartiendo información poco a poco. Sí, a veces es necesario procesar, asimilar, recuperar la paz interior (ohhh, cómo cuesta...) , aislarse por un tiempo mientras una se escucha a sí misma, se pregunta y se contesta, y una vez se ha reordenado, entonces se abre y confiesa lo que le martirizaba.
Y otros tomaremos la vía de enfadarnos con el mundo en general y con quien te rodee en particular, por no ser capaz de dilucidar y/o adivinar lo que pueda rondar por tu cabeza en ese momento. Lo siento, no es tan fácil. Ya es suficientemente complicado entenderse a una misma como para atreverse a dar un diagnóstico sentimental de otra persona.
Seguramente en vuestro grupo de amigas tendréis alguno o todos los ejemplos, incluso. Y supongo que al igual que yo, valoraréis que la máxima por excelencia, lo mágico, es la conexión, esa mezcla de cables de colores que crean un circuito y lo mantienen en modo on.
Qué importa cómo digieras el dolor, qué método hayas aprendido o te hayan inculcado, si necesitas llorar de rabia o gritar de impotencia, ¿lo importante no es seguir adelante? ¿Y no es más sencillo con ayuda?
Lo cierto, y ya que hablamos de rupturas, es que siempre las sobreentendemos como "de pareja", pero yo os confieso que a mí esas me afectaron y pasaron de largo, mientras que cuando una amiga me ha roto el corazón o yo se lo he roto a ella, eso se mantiene como una herida abierta que aun con el tiempo, no he conseguido llegar a cicatrizar.
No es cuestión de debilidad, creo sinceramente que hay que romperse para poder recomponerse, trozo a trozo. Nadie te enseña esto, surge, simplemente, con el tiempo; ese mismo tiempo inmesurable, indefinido, que fluctúa según cada corazón.
Algo tengo claro: mi bálsamo es la gente que me envuelve.
Para vosotros, ¿cuál es la mejor herramienta para superar el sufrimiento?
Me gusta Seix Barral. Casi siempre me topo con títulos de su sello editorial que me convencen y me otorgan unas buenas horas de lectura. No pude resistirme a “La vida invisible de Eurídice Gusmão”, como debut literario de la escritora brasileña Martha Batalha, y os anticipo que me ha gustado.
Comenzamos con Eurídice, una mujer que fue deshonrada por no haber sangrado en su noche de bodas. Es ama de casa y fiel a su instinto de inferioridad, vive relegada en la mediocridad. Como vía de escape escribe en un libro de cocina, que su marido, Antenor, desoye, desatiende y no apoya.
"Eurídice podía sentir la soledad transformarse en angustia, la angustia transformarse en locura y la locura susurrarle tranquila y firme: ."
Nos encontramos también con Zénia, una mujer muy fea, acomplejada, casada con Plinio. Tiene un carácter altivo y se convierte en una chismosa, todo a fin de tapar la propia desgracia que le rodea. Eurídice y Zénia son vecinas, por lo que seremos partícipes de las cuestiones personales de ambas.
Guida, hermana de Eurídice, también aparece en escena. A ambas les une una gran conexión afectiva hasta que, por circunstancias, se separen. A partir de este momento Eurídice se convertirá en una mujer con muchas ambiciones, que picoteará de diversas materias hasta que encuentre lo que realmente le satisfaga. Llama la atención las horas muertas que pasa frente a su estantería, absorta mirando sus libros, imaginando mil cosas. (como nos encantaría pasar al resto, ¿verdad?)
Sí, Guida se siente una gran protagonista y parece que Eurídice viva tras su sombra, y en este libro tendrá mucha importancia y un papel considerable, pero no nos engañemos, la gran protagonista es Eurídice, Eurídice y su vida invisible.
"Quien ve los ojos duros de esa mujer no puede creer que un día fueron capaces de mirar sin malicia. Quien ve su sonrisa de mofa no imagina que un día solo fue sonrisa."
Batalha pone los pensamientos de sus personajes ante nuestros ojos, para que los veamos, para que los escuchemos, incluso los que por temor los propios protagonistas se reservan para sí mismos, eso que no se atreven a decir en voz alta.
“La manera más sencilla de decir la verdad es decir la verdad”.
La pobreza, los sueños a grandes plazos, el amor, el respeto, la cotidianeidad, y ese vivir la vida y no dejar los días pasar, se presentan en este escrito que no alcanza las trescientas páginas, pero que otorga unas horas de grandes reflexiones. Y es que muchas veces, y a pesar de lo que se nos quiera inculcar, una persona nunca es lo que tiene, sino que vale lo que le otorguen las personas de las que se rodee.
Esta escritora tiene una prosa un tanto peculiar, muy específica, con una narración un tanto fría y lineal, como si ya con este primer libro suyo se conformase ese estilo como propio.
Una novela muy intimista, en la que se han perfilado de una manera muy bien definida a cada uno de los integrantes de esta historia, especialmente una Eurídice que enamora por su entereza y que sorprende en algunas ocasiones por su actitud derrotista, qué ambigüedad …..
Son múltiples los factores que nos afectan a la hora de escoger una lectura u otra; es algo misterioso, íntimo, incluso si me lo permitís, variable, porque en mi modesta opinión el orden de los factores sí afecta al producto. Si tienes un día un tanto payaso y divertido, tu cerebro no hace clic ante una una sinopsis triste, o una edición literaria sobria. Este es el caso de la colección Ineludibles de Navona, sin sinopsis ni argumento, solo el sello editorial, el título del libro, en este caso, "El nadador en el mar secreto" y el nombre del autor, William Kotzwinkle", y sí, una tarde de domingo de lluvia, sofá y manta, y una incipiente melancolía como música de fondo.
El argumento es breve: "la historia del arduo nacimiento de un niño
contada por su padre", recogida en tan solo noventa páginas. No tiene nada más, no hay más subtramas ni más personajes que el niño, la madre y el padre; no hay una gran ambientación ni documentación histórica, ni un recorrido por diversos lugares. Solo hay un niño que flota dentro del mar secreto de su mamá. O unos padres que intentan saltar las olas en el mar secreto de su pequeño.
"Él solo reconocía las olas que volvían a llevárselos a un lugar en el que estaban solos, en un amor y una tristeza que nadie más podía compartir, solos y cada uno aferrado al otro en aquella realidad para la que tanto se habían preparado y para la que ninguna preparación era suficiente".
Lo que sí puedo garantizar es que hay una narración sencilla, directa y envolvente, que emociona y hace estremecer, y quiero incidir en que emociona porque es inevitable que las lágrimas rueden por las mejillas tras cerrar la tapa trasera del libro. Conlleva vuelco en el corazón, hace sentir la contundencia de un golpe no esperado en la boca del estómago, perturba, desgarra el alma y te deja huérfana en el mismo momento que tus ojos recorren el punto y final de este volumen.
Pero esto no es lo más característico, sino que es una lectura INOLVIDABLE, que a mí me marcó un antes y un después en lo que respecta a novela intimista, a leer sentimientos, a inmiscuirse en la historia de esta pareja y su niño.
Como autor, estamos hablando del mismo Kotzwinkle creador de "E.T". , de "Doctor Rat" y muchísimas más novelas , principalmente juveniles, y quien fuese ganador del "Premio Mundial de Fantasía a la mejor novela", pero yo, a día de hoy, aún no he sido capaz de descubrir otro título suyo porque aún evoco la tristeza de este.
Solo me queda recomendarla y avisar de que vais a sufrir.
Esta es la primera incursión que hago en la obra de Salvador Navarro, y después de muchas dudas sobre si me adentraba en su lectura o no, por fin me animé con "Huyendo de mí", editado por Algaida. Hoy traigo mis impresiones. ¡Comencemos!
Tenemos a Leo, un sevillano propietario de un estudio de arquitectura junto con su socio y amigo, Enrique. Está casado con Carmela y tienen una hija, Lola. Nos introducimos en la historia en un momento en el que su negocio no funciona correctamente, y a su vez Enrique sufre un ataque al corazón. Esto supone para Leo un cruce de cables que tiene que desenredar y aquí se plantea el primer problema, que no ve la forma de encauzar el nuevo rumbo de todo él solo.
"No. No soy frágil. No es la palabra. Digamos que soy un hombre con una vida a la que le faltan algunas bases sólidas."
Por mediación de Rodolfo - amigo de Carmela - se reencontrará con Virginia, su ex. Ella acaba de perder a su marido, Víctor, por un supuesto suicidio, hechos que también trastocarán un poquito más a Leo, uniéndose a todo el maremágnum de circunstancias imprevistas que ya tenía. Y ahí aparece Pablo, su luz en ese túnel, amigo de Virginia y con un pasado importante con Víctor, se convertirá en un pilar importantísimo para Leo. No solo le acogerá en su casa, sino que incluso viajarán juntos a Francia. La crisis existencial que padece Leo le hace huir de su familia y lo peor de todo, de sí mismo, por lo que se toma un parón en el que sentarse a ordenar sus sentimientos, para coger impulso y decidir qué quiere hacer con todo lo que la vida le antepone.
El misterio y la intriga concerniente a la muerte de Víctor arroja un extra a la trama, en la que nadie se fía de nadie, no siendo realmente ese el problema principal, sino que uno no se fíe ni de sí mismo. Podríamos estar hablando de una novela coral con una narración sencilla y un ritmo bastante constante, sin grandes sobresaltos, pero también tiene ese toque de suspense con esa otra subtrama, lo que termina por no englobar en un estilo narrativo concreto a Navarro.
"Las frases ya no podían cerrarse, el embalse acababa de abrir compuertas y la información tenía que salir para no pudrirse en el espacio venenoso de las palabras no dichas que tienden a convertirse en obsesivas por mal imaginadas."
Aunque Leo y la huida de sí mismo se presenta como núcleo de todo, para mí el personaje estrella es Carmela, una mujer de armas tomar, luchadora, fuerte, la persona que conecta su familia y su hogar haciendo que todo el circuito funcione. Parece que es alguien secundario, pero una vez se ha reposado toda la lectura, el personaje de Leo no me ha entusiasmado, o mejor dicho, no me ha creado empatía, mientras que Carmela y Pablo me han cautivado completamente. Están todos perfilados muy bien tanto a nivel psicológico como especialmente en sus actitudes.
Añadiré que el paseo por Francia y Bélgica, entre otros, es estupendo para el lector, pero la ambientación en Sevilla es magnífica. El autor te traslada allí, parece que una admire las calles sevillanas mientras lee en su casa. El recorrido es mágico.
"Paseos sin palabras que hacen bien cuando la compañía es exquisita. Como era el caso, cuando las reflexiones son necesarias para digerir frases preparadas, y no dichas cientos de veces, que se lanzan al aire con la inseguridad de adivinarse con la razón, con el miedo de hacer un daño innecesario."
Confieso que me costó un poquito entrar en la historia e intentar entender el mensaje que quería transmitir el escritor, pero lo cierto es que un par de días después de terminar el libro fue cuando realmente admiré la belleza de esta historia y comprendí todo ese engranaje, y lo cierto es que su lectura, además de ser entretenida y muy inteligente, es muy reflexiva. Me quedo con la necesidad de soltar ese nudo que a todos se nos crea en la garganta ante los cambios y transiciones, y por supuesto me reitero, como siempre hago, en la naturaleza de compartir, de volcar nuestra frustración con quien tengamos a nuestro alcance, de tener un oído ajeno que recepcione nuestras inquietudes, aunque solo sea por el hecho de desahogarse, por lo que se queda dentro engangrena el alma.
¿Hasta dónde serías capaz de llegar a fin de reencontrarte contigo mismo?
Hacía muchísimo que tenía pendiente esta lectura y qué mejor momento que esta semana, aprovechando la celebración del Día de Andalucía para adentrarme en este título, "Andalucía - Notas de andar y ver", escrito por Juan Eslava Galán y Francisco Núñez Roldán y recogido por la editorial Caudal.
Ellos, amigos y gran amantes de esta comunidad autónoma, reúnen estas notas en las que resumen principalmente cada una de sus provincias, descubriéndonos de hecho lugares muy muy particulares, juntos o por separado, que más les han impresionado.
No es una guía de viajes en sí misma, sino un paseo por Andalucía de mano de ambos autores, con unas propuestas muy interesantes, y en mi caso, y a pesar de conocer varios de sus rinconcitos, también me han dado a conocer otros que quizá me habían pasado inadvertidos.
No solo nos hablarán de monumentos históricos, museos etc, sino también de su cultura, tradiciones y fechas destacables, de una manera concisa y clara, que no requiere leerse de continuo sino que como yo, se puede ir intercalando con otras lecturas al mismo tiempo.
Un homenaje estupendo a esta zona del sur de España que enamora en su conjunto.
Como
ya sabéis, una de mis escritoras favoritas es Amélie Nothomb, porque
tiene un registro muy particular en el que prima la autenticidad y la
originalidad. Nuevamente, con el sello editorial de Anagrama, hoy os acerco la quinta novela suya que leo, "El
crimen del conde de Neville".
La vidente Rosalba, encuentra a Sérieuse, hija del Conde De Neville, aterida de
frío en un bosque. Automáticamente lo llama para alertarle de lo sucedido: que
su niña ha escapado de casa, intentando refugiarse en el bosque. Hasta que
recibe dicha llamada para que vaya a recogerla él, su padre, no se había
percatado de su ausencia y esta mujer y le aconseja prestar más atención a su
hija y le augura que asesinará a uno de sus invitados.
El Conde, ya de vuelta con su joven hija en el coche, le confiesa que no se
escapó, sino que únicamente quería dormir una noche en el bosque, cosa que su
padre le confiesa, él también hizo a su misma edad, diecisiete años, creándoles
un vínculo extra en ese momento de intimidades.
“No
hablar mientras conduces es normal y está incluso bien visto: se corresponde
con la actitud de un conductor concentrado. No hablar mientras caminas junto a
tu hija ya resulta más discutible.”
Nuestro
conde, que responde al nombre de Henri era director del Ravenstein. Junto con su
mujer, Alexandra - veinte años menor que él - tienen dos hijos más: Oreste y Électre,
de veintidós y veinte años, respectivamente. Nothomb nos presenta un breve recorrido en el que vamos conociendo
algunos detalles de la familia.
El
primer domingo de octubre se celebraría la famosa “garden party" anual en los jardines
del castillo de Pluvier (Bélgica),
donde residen. Su intención es agasajar a sus invitados ya que están
arruinados, perderán el castillo y el bosque, una construcción que data de
1799. Aun y todo no se convertirían en homeless, sino que vivirían en una humilde
casita con un jardín pequeño, ubicada junto al castillo. La conoceremos como Aumônière.
Qué
mejor forma de despedirlo que con una fiesta por todo lo alto, siendo así su
última obra de arte.
Tanto
se aproxima la fiesta que recuerda el vaticinio de la vidente y comienzaa darle vueltas. Le viene a la cabeza “El
crimen de Lord Arthur Savile”, cuento de Oscar Wilde que se acuerda contaba una
historia parecida.Y piensa, y ¿si mantengo la línea de la premeditación y decido
a cuál de los invitados asesino?
“Incluso
el más cartesiano de los escépticos cree en su horóscopo.”
Sériuse,
por su parte, le hará una propuesta que aún perturbe más a este hombre, en un
momento en el que la mente y la moralidad le juegan una mala pasada. Y es que algo se puede tachar de impensable hasta que surge el planteamiento, y entonces todo se desmorona.
"El insomnio consistía en un prolongado encarcelamiento con tu peor enemigo, que no es sino la parte maldita de ti mismo. No todo el mundo la tiene: así que no todo el mundo sabía lo que era el insomnio."
Imprevisible,
inesperada, llena de giros y muy fiel al estilo Nothomb, directo y contundente,
nos topamos ante esta novela fabulada, corta en extensión pero de una grandeza
sin igual, agregando un aderezo esa pinceladita de distopía.
Advierto
que no es para todos los públicos porque Amélie es una escritora con un registro
muy muy personal y que no resulta sencillo de comprender, y esto siempre se ve
salpicado en su obra.
El
final casi provoca risa porque es totalmente diferente a lo que se pueda prever
con su lectura. Añadiré además que el guiño a Wilde me ha parecido sublime, y
destaco una última reflexión: