Revolotean palabras en tu cabeza, sientes que algo no va bien, que no todo está en equilibrio sino que una pieza del puzle no encaja, no hay armonía, aunque sí haya paz.
En el arcón de tu memoria suena una melodía que ya casi no reconoces, a lo lejos, la sientes distante, tornando a extraña. Es esa sensación de que algo se rompió y no localizas el cabo suelto para intentar volver a unirlo.
Porque quien piense que la distancia hace el olvido se equivoca, la hacemos las personas, y el olvido le sigue detrás, acechando. Y hay veces que quizá tarde más en llegar, porque la visibilidad y la presencia convierten a alguien en cotidiano, no en imprescindible.
Somos conscientes de que estamos cortados por un patrón distinto, algo mágico por otra parte, pero cuando de ese mismo mecanismo dos engranajes no casan, ¿para qué intentar forzarlos? ¿Con qué finalidad?
Hoy día todo se rige por la ley del mínimo esfuerzo y en muchas más ocasiones de las que deberían, eludiendo la certeza de que toda relación, sea del tipo que sea, conlleva un esfuerzo eterno si se quiere seguir manteniendo a flote, pero si en el mismo mar infinito sólo rema uno, el agotamiento físico del compañero es extenuante.
No se puede esperar nada de nadie, porque hacerlo deriva en frustración. O quizá se espere algo que de sobra se sabe y se siente está por llegar. Tan cierto como que para avanzar brazada a brazada, hay que soltar lastre; dar un paso en firme y dejar lo demás atrás.
Justamente en este punto, la carga reaparece, desmoronada, sin hálito, un despojo. Y ahí es cuando sientes la necesidad de tener que ser, estar y parecer. A sabiendas de que una vez todo ese caos se reequilibre, de nuevo desaparecerá, una o mil veces.
Lo sabes, es evidente, bien por una palabra no verbalizada, una constante indiferencia, un regalo de cumpleaños que nunca llega, un vacío entre dos montes, que aunque no se hayan movido de lugar parece que cada vez distan más. Puede que simplemente sea esa abulia envolvente, huidiza.
Es mejor una derrota en el camino que vivir arrastrándose, mas aún cuando no es una cuestión de orgullo sino de agotamiento y necesidad. Ese agotamiento que se convierte en distancia, esa distancia que alcanza el olvido y un olvido que termina llevando al barco a la deriva.
Nunca llega a puerto.
Ainssss, qué de sentimientos me ha dado este escrito. Sí, hay que luchar por las relaciones, tanto de amistad como de amor, pero que sea solo una persona el que la lleve, como que no porque se termina hundiendo. Muy bien explicado.
ResponderEliminarBesos
Lo que no es para ti o no quiere estar a tu lado con toda la carne en el asador, mejor dejarlo atrás. Yo siempre digo que, en todo lo que uno hace, lo importante son las ganas. Y si esas se fueron, es mejor apuntar en otra dirección.
ResponderEliminarBesos
¡Hola!
ResponderEliminarEsto me recuerda a una relación que viví el año pasado, y tienes razón. Es mejor cortar por lo sano que arrastrarse, porque es lo que más infeliz te va a hacer.
Me ha encantado.
Un beso.
Ays es que sin esfuerzo diario y cuando sólo "rema" uno de los dos....ya se sabe que acaba mal. Hay que darlo todo sin pensar en que se puede llegar a sufrir.
ResponderEliminarUn beso!
Preciosas palabras, chiquita. Es duro dejar atrás algo importante, pero cuando ves que solo uno es quien rema...hay que mirar hacia delante y olvidar. Besos
ResponderEliminarEs triste y difícil tomar una decisión de ese calibre, abandonar algo en lo que se habían puesto esperanzas. Pero hay que seguir hacia delante y vivir con uno mismo. O eso dicen, no sé si todos valemos para ser tan valientes como deberíamos.
ResponderEliminarCaminar hacia el horizonte.
Un beso
Holaaa
ResponderEliminarQue preciosidad por favor =)
Sigue escribiendo ^^
Un besito
Hola! Duele mucho dejar atrás algo, sea lo que sea, pero cuando el agotamiento te llega al remar solo tú es lo mejor, más adelante tanto tu cabeza como tu cuerpo te lo agradecen. Es buenísimo lo que has escrito y como lo explicas, me ha encantado.
ResponderEliminarBesos!
¡Hola!
ResponderEliminarBien es cierto lo que al comienzo se dice que el olvido lo hacemos nosotros y no la distancia, pero es que lo pienso y es tan complicado puff...
Creo en lo que dices, aunque también creo que la distancia puede incentivar o acelerar el olvido.
Yo paso de extremos, así que del comienzo paso al final puesto que lo he sentido tan real, tan identificando que es un alivio verlo escrito *-*
Un abrazo,
Raxx
Yo no lo consideraría una derrota. Cuando te das cuenta de lo que vales, es todo un triunfo. Besotes!!!
ResponderEliminarAndaaaaa!! Te voy a prestar mi nuevo boli de Mark Twain para que escribas tu "Tom Sawyer". Sigueee!! Besos
ResponderEliminarNo hay que arrastrarse, cuando es solo una persona quien está luchando por una relación, es difícil mantenerla. Pero qué bien escribes!!!
ResponderEliminarBesotes!!!
Qué parecido pensamos Esther! Efectivamente es mejor abandonar y continuar para evitar más sufrimiento...pero qué complicado hacerlo y no sufrir por ello.
ResponderEliminarBesitos
Me encanta y me estoy volviendo adicto a estas entradas. Felicidades.
ResponderEliminarHola preciosa!
ResponderEliminarQue lindo escribes y con qué sentimiento expresas lo que quieres decir. Yo siempre digo que cuando una puerta se cierra otra se abre, mejor quitar del camino todo lo que nos pueda hacer daño, que ya tenemos bastante con los baches que esta nos pone.
−Fantasy Violet−
Besotes! ♥
Que intenso, cielo... yo soy una de esas personas que siente todo demasiado, que llevo las emociones al límite, que siento las pérdidas como un puñal y las decepciones como cuchilladas.
ResponderEliminarLas distancias son, más que físicas, emocionales y todas las relaciones son cosa de dos, no se sostienen si solo uno tira de la cuerda; pero también te digo que creo que todo tiene arreglo en la vida. No tardes en volver a sonreír. Un abrazo
Hola.
ResponderEliminarHa sido una maravilla de escrito, has dejado muchos sentimientos en él y sabes como transmitirlos al lector, maravilloso, me encanta como escribes.
Muchos besos.
Bonitas palabras :)
ResponderEliminarEstoy de agotamiento en una historia, poniendo distancia. Es lo que dices, a veces resulta esto más que necesario.
ResponderEliminarBesos
Ufff, esta vez me toca de cerca y muy reciente, casi que prefiero no comentar demasiado. Un besote.
ResponderEliminarPD: Huyendo de mí me gustó como aproximación al autor, aunque a mí no me terminó de convencer por su protagonista y por final (abierto), pero sí que tiene el sello propio del autor ese que comentamos algunos. Ya me contarás.
Que bonito, muy sentimental.
ResponderEliminarque triste ver que somos tantos los que navegamos en círculos sin jamás toparnos, es difícil aprender a remar con alguna dirección aunque sepamos que debemos...
ResponderEliminarbonito texto, bonito y triste.
saludos.
Me encanta cómo escribes y te expresas Esther. Es duro, pero a veces es lo mejor.
ResponderEliminarUn beso ;)
Muy emotivo y conmovedor. Una manera preciosa y cargada de sensibilidad de contar sentimientos. Muy de acuerdo en lo de la falta de esfuerzo y sacrificio. Y lo inútil que es tirar uno solo.
ResponderEliminarBesos