Madre

MADRE, la que enseña y educa, la que permite que te caigas para que aprendas y te ayuda a levantarte después, una y 1000 veces; la que critica constructivamente, esa a la que alegras con una sonrisa y hieres con una mala actitud.

MADRE, la que te muestra su coraza para que no notes sus debilidades, la que te descubre sus principios y valores, la que agradece una sonrisa y se traga sus lágrimas cuando a ti te ve llorar.

MADRE, la que opina pero nunca interfiere, tu amiga, tu confidente; la que quiere hacerte mejor persona , la que te alimenta y transfiere sus emociones, la que te enseña a amar, a decir la verdad, a ser trabajadora y honesta, la que te llama nena tengas la edad que tengas.

MADRE, la que acompaña tus pasos, de cerca o en la distancia, pero agarra tu mano tan fuerte que nunca te hace sentir sola; quien te enseña a pedir perdón, a abrazar y a compartir.

MADRE, la mujer que necesitas en tu crecimiento, de la que intentas alejarte en la adolescencia y aprendes a valorar con el paso de los años, irremplazable, insustituible.

MADRE, la que nunca te falla, y siempre tiene unas palabras de aliento aunque esté peor que tú, la que dice "la vida me ha dado tantas arrugas de lo feliz que he sido", cuando es en realidad por todas las desgracias de la vida, que dejan mella en la piel; esa gran diosa de la entereza, la que se queda sin dormir o a la que sacas de la cama tan temprano y no siempre con buenas noticias, la que sonríe con los ojos de solo verte a ti sonreír, contagiándose de tu felicidad.

MADRE, a la que dedicarías mil palabras y ninguna sería suficiente, porque todo lo que digas o hagas, jamás estará a la altura de lo que ella hace por ti. Para la que siempre serás su "txikitina", en su corazón y en el tuyo, y en ambas almas, que son la misma.

"Son maestras en convertir las pequeñas cosas sin importancia en grandes titulares que estiran como una lona sobre la espera, desgranando enunciados y saltando de una minucia a la siguiente"

(Alejandro Palomas)