" PROMESAS DE ARENA " (Laura Garzón)

Tener un día libre y empezar libro nuevo ya es de por sí una doble satisfacción. No sé a vosotros, pero saber que no hay que estar pendiente de los minutos al milímetro es un spa para el cerebro, y en mi caso, mi capacidad de recepción es mayor. Es lo que me pasó con "Promesas de arena", mucho silencio y tranquilidad, y un libro que empecé y terminé en unas pocas horas. Y como más vale tarde que nunca, hoy os traigo mis impresiones sobre esta novela.

Agosto de 2005, como protagonista principal tenemos a Lucía, una asistente social que junto con sus compañeros, Jaime, Sofía y David, viajan al frente de Gaza con la finalidad de cumplir una labor humanitaria. 

"En medio de la desolación todo era radiante, y mi vida, una página en blanco que estaba ansiosa por emborronar"

Esta es la cita que más me ha llamado la atención de la novela. ¿Sabéis esa frase de "cuidado con lo que deseas porque puede que se haga realidad"? Es justamente lo que le pasará a Lucía. 

Entre horas y horas de trabajo en el campamento de refugiados palestinos, con una pésima situación social de la zona, Lucía encontrará una paz interior que desconocía hasta el momento. Una cultura diferente le será mostrada por quien se convierta en su amiga (y casi hermana), Farah,  y quien dedicará todo lujo de detalles en explicarle sus tradiciones, el culto al cuerpo que las mujeres dedican, algunas admirables y fantásticas, como la preparación a una boda con toda su programación, y otras terribles, como la ablación, circuncisión, poligamia, y un largo etc. de  sucesos que en nuestra cultura nos resultan impensables.

Como caído del cielo y sin esperarlo, aparecerá Hayzam "El Halcón", un hombre que le hará temblar las piernas desde que pose su mirada en ella. Esos ojos penetrantes nublarán su conciencia. Sentirá admiración, lo adorará, y con él vivira un amor profundo, de los de verdad, los que convierten tu mundo en lo más cálido o lo arrasan estrepitosamente. Tendrá que sacar su fortaleza, tragar lágrimas como puñales y sentir en su piel una pérdida y una traición (o lo que ella considera como tal), que le hará replantearse si su misión en el país realmente vale la pena.

Afortunadamente, Dios aprieta pero no ahoga; o todo serán caminos tortuosos, y terminará poniendo en su camino a quien le ayude incluso arriesgando su propia vida.

He de reconocer que a Lucía le hubiera meneado en muchas ocasiones a lo largo de la lectura, y le hubiera gritado "¡espabila!", pero tesituras como en las que se encuentra ella las tienen muchas mujeres (lamentablemente). Farah me ha parecido una mujer excelente, buena amiga, servicial,...  a pesar de no compartir parte de sus tradiciones. David, que es un personaje con bastante peso en el libro, nos mostrará la corrupción existente hasta en las circunstancias más primarias, y Hayzam.... un personaje que me ha caído mal desde la primera escena en la que aparece. 

Me ha gustado mucho el instinto de supervivencia de Lucía, al fin y al cabo cualquiera se agarra a un clavo ardiendo ante una situación extrema. 

El ritmo me ha parecido bastante constante, y en el final tiene una incisión mayor, cosa que me ha satisfecho. Para mí realmente la historia no se cierra del todo, mi mente se puso en alerta pensando que quizá pudiera haber una continuación más adelante, ya que algunas cuestiones no me han quedado del todo claras, o mi imaginación las ve de otra manera. En fin, de momento me quedaré con el beneplácito de la duda.

En resumen, una novela que cumple con el título que lleva por nombre, que me ha gustado, entretenido, y convencido totalmente. Esperaba una confrontación bélica, y era evidente la presencia de una historia de amor, que la ha habido, y por encima de todo, la de superación, que me ha encantado aún más. 

Como nota final y coincidiendo hoy con el día Internacional de la mujer, en homenaje a todas, añadiré que las princesas no existen, los príncipes azules tampoco, pero de los malos ya estamos hartas.....