"EL VIGILANTE" (Peter Terrin)

Rayo Verde (2014)
224 páginas
18 € 

Dos vigilantes, aislados en el aparcamiento de un edificio de lujo, esperan la llegada de su relevo y de las provisiones que les mantienen con vida. Tienen prohibido comunicarse con los residentes, y la situación se agrava cuando observan cómo todos excepto uno abandonan el edificio en el mismo día. La suposición de que en el mundo exterior haya ocurrido una catástrofe, la falta de provisiones y la posibilidad de que todo sea una prueba para conseguir un ascenso les llevarán al límite de su resistencia.

El miedo al exterior y al otro, la necesidad de aguantar y sus obsesiones hacen de esta obra una maravillosa metáfora sobre la sociedad actual y la soledad del ser humano.

Novela ganadora del Premio de Literatura de la Unión Europea.

Peter Terrin (Tielt, Flandes, Bélgica, 1968) representa una voz única en la literatura contemporánea en lengua neerlandesa, tratando temas universales y a la vez de gran actualidad.

Ha sido descrito como “un maestro del detalle ominoso”, es considerado por la crítica como un inconformista literario, un escritor clásico que no sigue las tendencias y un estilista magistral. También ha escrito teatro y participa activamente como columnista en distintos medios.

Ha sido galardonado con varios premios literarios como el Premio de Literatura AKO y el Premio de Literatura de la Unión Europea.

Hay novelas que son para muchos públicos y otras para un número de lectores más reducido; esta es de las segundas. Confieso que cada vez me estoy aficionando más a las lecturas más alternativas, más raras, peculiares, cortadas por distinto patrón al habitual. "El vigilante" pertenece claramente a este grupo.

Hablamos de dos vigilantes de un edificio de apartamentos de lujo, Harry y Michael. Su trabajo consiste en velar por la seguridad de los residentes de dicho edificio, aunque ellos se van percatando de que todos se van marchando a excepción de uno, circunstancia que les mantendrá en una obsesión constante. La organización les ha avisado de que un tercer vigilante está al llegar, y esto les mantiene en vilo. Tengamos en cuenta que viven en un cuartucho del parking, con la justa higiene y salubridad, sin contacto con el exterior, exceptuando el transportista que les lleva sus provisiones alimenticias. 
Ese aislamiento les pasará factura, midiendo los silencios, las miradas, las palabras.... , multiplicando su efecto, magnificándolo.

" Lo que se exige a los vigilantes es sobrehumano: no hacer nada, esperar y mantenerse alerta"

La historia está narrada a modo de diario por Michael, en muchos capítulos, muy muy cortos (algunos de menos de media hoja). Esto es uno de los puntos fuertes de la novela, esa narración tan especial y aguda, ya que la curiosidad va apareciendo, conllevando a devorar el libro sin darse cuenta.

Tanto Michael como Harry, los dos compañeros, están perfilados al milímetro, con claras distinciones; Harry tiene una visión ambiciosa, es muy hablador, autoritario, experimentado, violento, admirador de cosas que no están a su alcance; Michael es escrupulosamente ordenado, obsesivo, positivo, con los pies en la tierra y al mismo tiempo oyente de sus propios silencios... 
Son el ying-yang, cada uno de una forma pero encajando perfectamente, sufriendo la angustia del sentirse atrapados, las dudas por lo intangible...

"El silencio es como un desierto"

El ritmo de la novela es inestable, frenético, asfixiante, claustrofóbico, una montaña rusa de sensaciones. Impredecible al extremo, y absolutamente adictivo y envolvente.

El autor, Peter Terrin, es un dios de la ambigüedad, jugando al despiste, otorgando al lector el beneplácito de la duda, teniendo que cuestionar qué aspecto es realidad o imaginación.

En conclusión, una novela apta para mentes curiosas, con ganas de adentrarse en la mente de otra persona, francamente agotador. No sé si catalogarlo como novela de intriga, o como thriller psicológico, pero si tengo que definirlo en una palabra, realmente , es sublime.