Noviembre temático: Mes de la no novela

Como ya sabéis Laky (libros que hay que leer) organizó de nuevo mes temático, y en Noviembre: NO NOVELA, INFANTIL Y JUVENIL.

En un primer momento, y ya que tenía un libro de relatos pendiente de lectura ("American Noir", Navona), lo elegí para disfrutar de esta lectura y de paso, cubrir el reto al que me había apuntado. Si me apunto a algo y me comprometo, me gusta cumplirlo, y no retrasarme, no como en Octubre, que fue desastroso y se me echó el mes encima.

Para mí la leer es disfrute y placer, y hacerlo corriendo  no me apetecía, así que he tenido que posponer su lectura, y seleccionar otra urgentemente para poder tener mi entrada lista cuanto antes. Me considero una mujer apañada, que no tramposa, (bueeeno, igual un poco sí), así que ayer a la hora de la cena empecé a darle vueltas y dije, ¡Un cuento! Con un cuento cumpliría el requisito y además es algo rápido, entrañable y de recordar. Así que cogí mi Kindle, y metí CAPERUCITA ROJA en mi carro de la compra, y es el que os comentó a continuación.

Lo primero que tengo que comentar es que esta edición es gratuita en formato digital. A mí me ha servido para cumplir mi "misión", pero no tiene comparación con un cuento en papel, sin imágenes, sin color... ¿Dónde se ha visto una Caperucita Roja sin algo rojo en la portada? Es tan serio para ser un cuento.....

Hacía muchísimo que no releía uno, así que me quedé perpleja cuando vi que tan solo eran tres hojas. Creo que reseñar algo tan chiquitito y que todos podríamos recitar de memoria sería inviable, pero sí os animo a volver a soñar, a rememorar... Es peculiar lo que retiene la memoria... Según aparece el lobo en el cuento, yo tenía una imagen guardada en mi retina, el lobo vestido de abuela, con gafas redonditas y un "sombrerito" de la tela del pijama atado bajo la barbilla. (No sé cómo se llama este tipo de pieza en concreto). Este detalle me hizo sonreír, recordarme disfrazada de Caperucita Roja, con la cesta y las trencitas...

Hay una parte que me ha llamado mucho la atención, y es una moraleja final. No tengo el recuerdo de que en el cuento original lo tuviera, por eso, esto sí que voy a compartirlo con vosotros:

"Aquí vemos que la adolescencia,

en especial las señoritas,

bien hechas, amables y bonitas

no deben a cualquiera oír con complacencia,

y no resulta causa de extrañeza

ver que muchas del lobo son la presa.

Y digo el lobo, pues bajo su envoltura

no todos son de igual calaña;

Los hay con no poca maña,

silenciosos, sin odio ni amargura, 

que en secreto, pacientes, con dulzura

van a la siga de las damiselas

hasta las casas y en las callejuelas;

más, bien sabemos que los zalameros

entre todos los lobos ¡ay! son los más fieros."

¿Vosotros lo recordabais? Me parece una moraleja estupenda.

¡A soñar!