Reflejo en el espejo

Lo piensas, dudas, te aproximas, te alejas. 
Temes.

Enfrentarse al espejo es como clavarse un cuchillo en el estomágo, un jarro de agua fría a modo de despertar.

El espejo, ese arma cruel, ese reflejo del alma, esa demostración de una realidad no contaminada, donde no se contemplan las mentiras, ni las tergiversaciones.

* Vía 20minutos

¿Qué esconden tus ojos? 

Exasperación, rendición, agonía punzante, quizá error, equivocación, incluso traición.

Das un paso al frente y tus pupilas no engañan, ni la expresión de tu semblante, frío, apagado, caducado.

Permaneces en un rictus congelado, refrenando tus impulsos, aunque no podrás controlarlo.

Una lágrima aflora, comienza a recorrer tu mejilla lentamente, caliente, bordeando tu mentón y estallando en el suelo. 

Un reguero de máscara de pestañas ha ido a su encuentro, convirtiéndote en un cuadro al fondo de una galería de arte. Oscura, siniestra, sin ningún espectador.

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